Una respuesta social ante el alcoholismo

El alcoholismo es una de las problemáticas sociales no solo a nivel mundial, sino sobre todo en diferentes estructuras de una misma sociedad, aspecto que requiere una mayor atención e inversión y respuesta de las instancias públicas, como municipios, Gobierno nacional, familia entre otros.

Para nadie es desconocido que algunas poblaciones juveniles incursionan a muy corta edad en el consumo de bebidas alcohólicas, como consecuencia de diferentes factores, entre ellos la desintegración familiar, la falta de otros espacios de recreación, entretenimiento o formación destinados a aprovechar su talento, curiosidad y su necesidad de ser tomados en cuenta por las diferentes instancias de su propia sociedad.

Pero quienes llegan a sumergirse en el consumo de bebidas alcohólicas, no solo enfrentan una serie de problemas de salud, como gastritis, indigestión, trastornos hormonales, etc. El consumo de alcohol durante el embarazo puede causar problemas en el desarrollo del feto.

Pero uno de los principales problemas que enfrentan es sobre todo la desintegración, del entorno familiar, de amistades, factor que puede llegar a impulsar el posterior aislamiento de su principal grupo, con el riesgo de terminar como candidato a vivir en condición de calle y reducir su edad y calidad de vida.

Si bien algunas organizaciones sin fines de lucro, como Munasim Kullakita, registraron que para el 2015 cerca de 285 menores y adolescentes se encuentran en condición de calle, quienes se involucran en consumo de bebidas alcohólicas o tinner, desde muy corta edad, pero pese a intentos de rehabilitarlos de forma coercitiva no generan resultado porque cerca del 95% de este grupo social fracasaron, ante la falta de un mayor apoyo de sus progenitores, quienes también se relacionan con el consumo de bebidas alcohólicas en nombre de “compromisos sociales”.

Por ello se requiere políticas públicas concretas, como la creación de centros de rehabilitación para grupos sociales afectados por el consumo de bebidas alcohólicas. Estos centros de rehabilitación que deben ser creados como una inversión de las políticas públicas, fuera de atender a las personas requeridas, también deberán trabajar mediante un equipo multidisciplinario, con la familia, con el objetivo de que la rehabilitación de la personas sea completa y de manera conjunta.

Por lo tanto estos centros de rehabilitación podrían ser una alternativa y respuesta, siempre y cuando el consumidor de bebidas alcohólicas decida, por voluntad propia, desintoxicarse y pasar a una etapa de no consumo de bebidas alcohólicas, en caso contrario, el proceso no logrará la recuperación de quienes incursionan en la dependencia del alcohol, por falta de otras opciones de ocupación y atención familiar.

Estos centros de rehabilitación podrían ser creados como proyectos municipales, pero también con inversiones de otras instancias departamentales y nacionales, sobre todo en regiones donde se lo identifica como base de la problemática social, que genera un aumento en la inseguridad ciudadana.