La burla de Bulo Bulo

Los administradores de la planta de urea, que costó hasta ahora US$ 965 millones, no saben qué hacer con las 2.200 toneladas por día que produce la planta.

Deben administrar este adefesio mal diseñado y peor emplazado, y ahora dicen que no pueden exportar el producto porque las tarifas del transporte son muy caras: las del ferrocarril y las de los camiones. Llevar el producto a lomo de mula sería más caro todavía.

Son 792.000 toneladas de urea que produciría el engendro cada año. La cifra salió de unos porcentajes o comisiones que debían pagar los fabricantes, antes que con la demanda de urea.

Pero ya está hecho. Entonces, alguien tendría que sacrificarse. Cuando estaba de visita en China, el Che, al enterarse de la cantidad de tasas de té que beben los chinos todos los días, pero sin azúcar, dijo: “Si los chinos fueran revolucionarios, le pondrían una cucharilla de azúcar a cada taza de té que toman, y así no habría azúcar capaz de cubrir esa demanda. Y Cuba habría salido de la piojera”. Quizá no pronunció la palabra piojera, pero ese fue el concepto.

Ahora se podría decir que si los cocaleros del Chapare fueran solidarios con el gobierno, usarían una tonelada de urea por hectárea. Pero sus 7.000 hectáreas consumirían sólo 7.000 toneladas por año.

Los cocaleros tendrían que aumentar el consumo y para ello podrían comenzar por admitir que no tienen solamente 7.000 hectáreas de cocales, y que eso lo dice el gobierno sólo para engañar al mundo. Sería un gesto de patriotismo, de apoyo al proceso de cambio. Al fin y al cabo ellos han puesto un presidente por primera vez desde que la hoja de coca y sus derivados se metió en la especulación de la política en estas regiones del mundo, y tienen que soportarlo, también en el sentido inglés de la palabra.

Porque ponerse a investigar quién y cómo diseñó esta planta, y quién y cómo decidió que debía estar emplazada cerca del Chapare, sería engorroso. Los jueces no sirven para estos menesteres, ni éstos ni los que vienen, que son sus clones.

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