Escalada de la crisis en Banco Unión

Siempre se sabe cómo empiezan las noticias, pero nunca se imagina cómo se desarrollan y acaban. Eso es lo que se puede decir del escandaloso robo de más de seis millones de dólares (37.6 millones de bolivianos), por un descendiente indígena, en la pequeña sucursal del Banco Unión de Batallas, pueblo perdido en el altiplano y donde fue descuartizado el caudillo indígena Túpac Katari (1781).

El asunto fue considerado, primero, como individual, pero se descubrió que detrás operaban varios cómplices, amigos, familiares y una dama. Enseguida, la suma desfalcada subió a mayores montos y el caso del robo mostró que el dinero malhabido fue distribuido entre supuestos socios, familiares y amantes.

Enseguida, el desfalcó pringó a varios altos funcionarios del Banco estatal que se vieron comprometidos. Entonces, reventó el puchichi. Así, la marea negra del hurto se fue extendiendo al punto que el Gerente de la entidad fue destituido sin figura de juicio. El caso siguió su escalada y hasta se dijo que el latrocinio fue “insignificante”, sin mayores implicaciones. Entre tanto, altas autoridades afirmaron que, en realidad afectó no solo al prestigio del estatal Banco Unión, sino de todo el sistema bancario, pues un funcionario reveló que se descubrió más de 500 casos de delitos entre empleados bancarios que fueron destituidos de sus cargos.

Para colmo, la marea llegó a marcas superiores y debió renunciar el Directorio en pleno de la entidad. Así la septicemia llegó a la ASFI y al ex ministro de Economía, Luis Arce, a quien se le atribuyó responsabilidad por incumplimiento de sus funciones fiscalizadoras.

Entre tanto, los investigadores de la Policía y la Fiscalía entraron en un duelo por la sospechosa desaparición de pruebas y ocho celulares de propiedad de los inculpados, aparatos que podrían aportar datos sobre el millonario robo del cártel de Franz Pari, su padre ahora detenido, los negocios y personajes implicados en el caso. A la par, se apresó a bancarios en Santa Cruz, pasando de diez los encarcelados.

Finalmente, llegando al paroxismo, el desfalco al Banco estatal también salpicó al Gobierno en general y al presidente Evo Morales, según diputados opositores. En particular, la diputada Norma Piérola manifestó que la crisis bancaria no solo desprestigió al Banco Unión y la banca, sino también al gobierno y sugirió que afectó al Presidente del Estado Plurinacional, alusión que rechazó el Ministro de Justicia, quien sostuvo “que la oposición tiene una política equivocada que pretende afectar la imagen del gobierno y del presidente Evo Morales con cualquier tema, como el caso del desfalco del Banco Unión”. Así, como la guerra, se sabe cómo comienza, pero no cómo acaba.