PSICOLOGÍA
Yackieline Rodríguez Tórrez, psicóloga
Hoy en día los niños están rodeados de las nuevas tecnologías todo el tiempo, nacen y crecen junto a ellas, hay facilidad de obtener internet en las casas, en el celular o una tablet.
Nos impresiona el manejo que tienen los niños a temprana edad ya que no es necesario enseñarles a usarlas, no tienen que aprender como aprendimos los que hoy somos adultos, ellos manejan las nuevas tecnologías por imitación y de forma mucho más natural.Esta facilidad de acceso que tienen los niños a las nuevas tecnologías nos hace plantearnos muchas preguntas: Cuándo es conveniente introducirlas en la vida del niño, durante cuánto tiempo, cómo hacer un uso adecuado de ellas, qué se puede sacar de positivo y qué peligros tienen.
Las nuevas tecnologías son un buen instrumento, pero de ellas hay que hacer un buen uso. Esto quiere decir que el exceso en su uso es perjudicial para el niño. Los menores de dos años no deben pasar tiempo alguno frente a una pantalla, mientras que los mayores de dos años deberían hacerlo como máximo entre 1 y 2 horas al día. La sobreexposición a la pantalla puede tener efectos negativos como un mayor riesgo de obesidad, problemas de sueño o dificultades para mantener la atención en las actividades escolares, al ser éstas más “aburridas” que las nuevas tecnologías.
ACTIVIDADES ALTERNAS
Modificar un hábito siempre es difícil, y en este caso seguro que se encontrará con la oposición del niño. Sin embargo, puedes realizar pequeños cambios graduales como no conectar la televisión durante las comidas, retirar los dispositivos electrónicos de la habitación del niño o proponer actividades alternativas motivantes (juegos de mesa, manualidades, etc.). En cualquier caso, no hay una edad concreta para introducirlas en la vida del niño, pero sí pautas concretas sobre cómo hacerlo.
EDAD ADECUADA
Se establece los 12 años como la edad más adecuada para tener un móvil, coincidiendo con la etapa en la que el niño comienza a salir y a aumentar sus relaciones sociales. El móvil sirve tanto como herramienta de comunicación con sus amigos como de supervisión y control por parte los padres. Sin embargo, sea a la edad que sea siempre deben establecerse normas, como el que se prohíba que lleve el móvil a su colegio, no disponer de él mientras se estudia o se hacen deberes y llevar un seguimiento del tiempo de uso y del consumo que realiza, respetando siempre la intimidad del hijo. Los padres deben saber que existe un tiempo para usar teléfonos o tablets, pero también para hablar, para jugar, para estudiar, para escuchar música o para leer.
LO BUENO Y LO MALO DE LA TECNOLOGÍA
Se debe explicar todo lo positivo y tambien el peligro que puede encontrarse en ellas. No todo el contenido de Internet es apto para niños. Hay que hacer un uso adecuado en tiempo y edad, porque lo que es propio para un niño de 14 no es propio para un niño de 7. Hay cosas que no son acertadas para un niño menor de edad.
Las nuevas tecnologías sí tienen un lado positivo, y es que pueden ser un instrumento excepcional de aprendizaje para los niños, ya que podemos disponer de un elevado nivel de información en tiempo real. Actualmente existen cada vez más actividades para niños autistas, con TDAH (Trastorno de Déficit de Atención con Hiperactividad) o cualquier otro trastorno que se sirven de esta tecnología para ayudarles. Lo peor de las tecnologías son los riesgos que conllevan, todos ellos relacionados con el mal uso. Los niños están expuestos a peligros como el ciberbullying (acoso virtual), grooming (práctica de acoso y abuso sexual en contra de niños y jóvenes que sucede a través de las redes sociales) o sexting (envío de mensajes sexuales). El conocimiento de este tipo de acoso les ayudará a estar más protegidos y ser más precavidos.
OBSESIÓN
Un niño puede llegar a obsesionarse con las nuevas tecnologías. Se puede decir que es adicto cuando al pedirle que deje el uso del teléfono, la tablet o el ordenador, el niño se siente mal y siente la necesidad de volver a usarlos.
También debemos considerar la biología, ya que la corteza prefrontal, de la parte del cerebro que controla los impulsos, termina su desarrollo hacia los 20 años aproximadamente. En otras palabras, los padres no deben sorprenderse de que los niños con celulares no tengan control de sus impulsos.
Si tu hijo pasa más tiempo del recomendado, no te agobies, de hecho la mayoría de los niños pasan entre 5 y 7 horas al día. Pero es cierto que debes plantearte actuar al respecto, quizás incluso con la ayuda de una orientación psicológica, para cambiar el comportamiento de tu hijo y prevenir el impacto de este uso excesivo, ya que debe preocuparte.
Algunos estudios indican que una sobreexposición del niño a los dispositivos electrónicos puede tener consecuencias:
- Ven afectado su crecimiento cerebral.
- Poseen mayores dificultades de aprendizaje y a nivel psicomotor, desarrollan más problemas en la infancia (depresión, ansiedad, trastornos del comportamiento, problemas de sueño, etc.).
- Tienen un mayor riesgo de obesidad y, además, un mayor riesgo de desarrollar ciertas adicciones durante la adolescencia.
ENSEÑAR RESPONSABILIDAD
Los padres son quienes determinarán si su hijo realmente necesita un teléfono celular. Comenzar con un aparato menos sofisticado, como teléfonos que solo hacen llamadas o pueden mandar mensajes de texto, y comprobar si pueden utilizar el aparato con responsabilidad. Hay algunas configuraciones telefónicas que pueden ayudar a mantener seguros a los niños. Los padres pueden activar o desactivar; pueden restringir el acceso a contenido para adultos.
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