Personajes increíbles

Es el título de un texto escrito por Rodrigo Ayala Bluske, con un subtítulo: “vistos por un clasemediero en crisis”, lo cual revela al autor y su ubicación social, publicado por Editorial Plural, primera edición, julio 2005. Es un libro que relata acontecimientos y personajes, antes del cambio actual en el que vivimos.

Como indica el título, nuestro autor intenta retratar varios grupos sociales, mayormente de clase media, entre los que están mujeres, políticos, periodistas y analistas, empresarios y artistas.

Dada la dificultad de referirme a todos los grupos, simplemente comentaré la visión que nos proporciona Rodrigo sobre los políticos, ya que vivimos en un país donde lo político es el pan de cada día, que nos produce esperanzas, angustia y, en la mayoría de los casos, rabia.

Él apunta que nuestro esquema político es esencialmente tribal, porque ser pariente natural o político asegura ocupar un ministerio, una embajada, una prefectura (todavía no eran gobernaciones) en el sector público, con todas las ventajas que ello implica para el favorecido y la envidia de aquellos que no conforman la tribu.

En esta etapa tribal, se conforma una asociación caracterizada por el jefe y los “operadores políticos”, pero entre éstos últimos destaca casi siempre uno, que hace yunta con el jefe. Los ejemplos son claros:

“El operador diseña (junto con el jefe) los escenarios favorables de acuerdo con la coyuntura, y luego habla, concerta, ataca, agrupa, en fin, opera en el terreno para convertir el diseño en realidad… el operador tiene que ser creativo, ya que deberá confrontar la idea inicial con la realidad y adaptarla según las circunstancias”.

Pero lo interesante del análisis de Rodrigo es que claramente identifica las parejas del periodo que se complementaron en esta permanente batalla de ganar el poder y retenerlo. Son los casos de Carlos Palenque y Ricardo Paz, sucedida por Palenque y Mónica Medina, Jaime Paz y Oscar Eid, Goni y Carlos Sánchez Berzaín, hasta llegar al dúo Evo y Filemón Escóbar, aunque éste último fue reemplazado por el que hasta la fecha sigue siendo el principal operador político. Manfred Reyes Villa tuvo como pareja a su hermano Erick, lo cual trajo problemas, según el recuento que hace nuestro guía.

Ricardo Paz habría demostrado ser un gran operador político, pero por algún problema fue expulsado del partido abruptamente. Para Condepa la sociedad posterior se tradujo en Carlos y Mónica. Mónica triunfó en el amor con su pareja y su otro gran triunfo fue ganar la Alcaldía de La Paz, lo cual generó un cierto distanciamiento de la pareja, la cual finalmente concluyó con el fallecimiento de Carlos, allí acabó la vida sentimental y política de ambos personajes.

El dúo político de Jaime Paz y Oscar Eid, donde ambos se complementaban muy bien, tuvo una ruptura con el problema de narco vínculos, denuncia efectuada por el temible Sánchez Berzaín, lo cual concluyó con la prisión de Oscar durante cuatro años, en una especie de “sacrificio” por el bien del partido. Pero este operador calificado cooperó al crecimiento de la fuerza política del MIR, gracias a unas frases geniales como “el hambre no espera”, el apelativo de “Nueva Mayoría” que estaría apuntando a captar nuevos sectores de la sociedad y “cuando los resultados electorales no fueron los deseados, el famoso “triple empate” justificó su alianza con Banzer y el consiguiente ascenso de Paz Zamora a la presidencia”. Claramente fue un operador genial y decisivo a favor de Jaime.

Otra relación muy fuerte entre jefe y operador fue la de Goni con Sánchez Berzaín y según apunta Ayala, “muchos piensan que una de las causas centrales en la caída del presidente minero estuvo en su renuencia a deshacerse de la ayuda del ministro abogado, y lo cierto es que la necesidad del uno por el otro fue notoria en el curso de la última década”.

“Así es la vida”, como dicen en francés, el bien y el mal se complementan en los éxitos y el fracaso. Personalidades fuertes se juntan para triunfar y luego caer. La historia está llena de numerosos ejemplos, aquí y en el resto del mundo.

El tiempo presente, aún no escrito por Rodrigo, seguramente dará mucho para escribir en torno a la asociación jefe – operador u operadores que caracterizan nuestro momento político.