Ayer, un grupo de activistas ambientales protestó contra la matanza de jaguares y la impunidad que gozan los traficantes de fauna y animales silvestres.
Desde agosto de 2014 hasta 2016, más de 88 jaguares fueron asesinados con el fin de extraerles colmillos para traficarlos en China. 337 animales habrían sido sacrificados de la zona norte de Bolivia, parte de los departamentos de La Paz y de Beni, especialmente.
La activista del colectivo “En Primera Persona”, Nohely Guzmán, remarcó a la agencia de noticias ANF que la situación actual del jaguar en el territorio nacional es “vulnerable” debido a que el animal está catalogado en el libro de los vertebrados de Bolivia como especie en peligro extinción, lo que se agrava con la caza ilegal y el tráfico de sus colmillos.