¡Mar para Bolivia! pide Miss Chile

Ninguna noticia podría ser más satisfactoria y halagadora a los oídos de los ciudadanos bolivianos, que una personalidad chilena se identifique con la causa marítima boliviana y el anhelo de retornar al mar. Pero, muchísimo más grata y optimista fue la declaración pública de una bella y distinguida mujer chilena, representante del extraordinario valor de la mujer del país vecino, en oportunidad de la celebración de un concurso internacional de belleza en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra.

En ese evento latinoamericano, la hermosa Miss Chile, Valentina Schnitzer, proclamó que “el mar pertenece a Bolivia” e instó a la ciudadanía boliviana a seguir luchando por ese derecho. Agregó en forma solemne: “No me arrepiento, estoy firme en mi posición y en mi opinión, la gente tiene que respetarla, así como yo respeto la opinión de los demás. El mar pertenece a todos, somos todos hijos de Dios y la verdad es que los recursos que tiene el planeta nos pertenecen a todos”.

Es más, al reiterar su posición a favor de la causa marítima boliviana, con toda la dignidad que caracteriza a una dama de la categoría de Valentina, proclamó a toda voz: “¡Mar para Bolivia!, ¡Mar para Bolivia!”, conceptos que fueron escuchados en todo el mundo y tuvieron mucho más efecto que todas las resoluciones, proclamas, palabrería y frases hechas, recursos publicitarios que habitualmente son declamados con poca suerte.

La firme declaración de Miss Chile satisfizo aún más a la población boliviana en general y sin excepciones, porque se convirtió en un brillante rayo de luz en medio de la tenebrosa oscuridad que muestran a diario casi todos los medios de comunicación, haciendo conocer hechos de mínima cuantía, derroches, corrupción, necedades y toda clase de absurdos vergonzosos que le hacen perder la perspectiva histórica a la ciudadanía y han determinado un retorno al tiempo de las cosas pequeñas.

En todo caso la alegría de la población, que ovacionó la declaración de Valentina, quedó disminuida por la notoria indiferencia de algunas autoridades estatales y movimientos sociales que no dieron importancia a esas palabras o bien las subestimaron, mostrando, así, insensibilidad ante un suceso de tan extraordinaria naturaleza, y no tomando en cuenta la esencia de la espléndida declaración, para reducirla, además, a un simple acto de valentía.

Las palabras de Miss Chile, “¡Mar para Bolivia!, ¡Mar para Bolivia”, merecen todo el homenaje del pueblo boliviano y los más cálidos reconocimientos, a los que nos adherimos en esta columna.