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Adalberto Violand Alcázar, empresario, diplomático, escritor, primer coordinador del Consejo Nacional del Mar (Conamar), dirigente político y deportivo, multifacético y gentilhombre, fue el último embajador de Bolivia en Chile en 1976. Sus notas, su archivo personal y secreto, que permanecieron ocultos en un cajón por más de 30 años, fueron hechos públicos a los medios de prensa en La Paz por su hija Anneliese el 8 de mayo de 2015. Parte de su contenido fue difundido por él mismo en su libro “Retorno al mar con soberanía: Una negociacion frustada” (2004), estudiado y divulgado luego por el historiador y diplomático boliviano Ramiro Prudencio Lizón (Agenda Internacional, 2004) y en un excepcional texto editado en 2011, con el título de “Historia de la negociación de Charaña”.
Sus apuntes van desde su designación por el entonces presidente del gobierno militar, Hugo Banzer, hasta la última rotura de relaciones diplomáticas con Chile el 17 de marzo de 1978, cuando dejara, en manos de Agustín Saavedra Weise, la embajada boliviana en Santiago.
El pliego de instrucciones presidenciales que le fueron encomendadas contenía asuntos que comprendían desde la ampliación del “Enclave o Corredor Costero (de 8 Km) previamente negociado y pendiente” y la oposición boliviana para ceder en calidad de “canje” cualquier territorio boliviano, incluida la totalidad del caudal del río Lauca, congelando así la negociación de Charaña. Su tarea no fue fácil, antes de asumir su cargo, su predecesor, el embajador saliente Guillermo Gutiérrez Vea Murguía, pregonó delirante a su llegada al aeropuerto de La Paz, el 12 de diciembre de 1975, “… con humildad, traigo en mi maletín el mar para Bolivia”.
Los documentos revelan sus entrevistas con Augusto Pinochet. Fue recibido en la pequeña habitación acicalada con sables y cigarrillos suaves, donde el presidente chileno hacia frecuentemente la siesta en La Moneda, y sus reflexiones son: “Pinochet quería pasar a la posteridad como un pacificador de las fronteras, expresó que lo realmente importante era que Bolivia llegue al Pacífico y para ello habría que comenzar por establecer un punto de gravitación. Luego dijo, cuando los bolivianos estén frente al mar irán creciendo sus necesidades y habrá que darles apropiada satisfacción. Los bolivianos deben estar pronto frente al mar”. (30/DIC/1976).
Refieren también las numerosas reuniones con el canciller chileno, el vicealmirante Patricio Carvajal: “Tengo el agrado de elevar a su conocimiento un informe de la audiencia que mantuve el día de hoy con el Canciller chileno, (…). Si se lograra que la negociación avanzara dentro de los parámetros existentes, Chile no objetaría que Bolivia plantee a Perú una negociación para ampliar el frente marítimo en el que desembocaría el corredor, extendiéndole al Norte de la Línea de la Concordia. Le preocupó al Canciller (sic) si habíamos hecho algún avance en este aspecto frente a Perú…”. (7/DIC/1976). El esquema propuesto por el canciller chileno es (…) que Bolivia podría ampliar su frente marítimo al norte de la línea de la Concordia, o sea por territorio peruano, siempre que a su vez Bolivia ofrezca al Perú el Volcán Tacora y los canales de Uchuzuma y Mauri que pasarían a su patrimonio como resultado de la negociación de Bolivia…”. (28/ABRIL/1977).
De su exitosa gestión en la visita a La Paz de los enviados especiales chilenos a Bolivia: “El jefe de Estado Mayor del Ejército, Carlos Forestier, en su condición de presidente de la delegación que visitó Bolivia, manifestó que con la autorización del General Augusto Pinochet se valía de la oportunidad para reiterar la decisión de la Fuerzas Armadas de Chile de lograr un acuerdo con Bolivia para que nuestro país tenga una salida propia y soberana al Pacífico…” (22/JUL/1977). De sus encuentros con el ex presidente Jorge Alessandri y con el ex canciller y delegado chileno a la comisión binacional Chile y Perú, Julio Phiilppi, sus conclusiones a la letra dicen: “La sugerencia peruana no se ajusta ni a la consulta precisa de Chile, ni a las disposiciones del Tratado de 1929” (24/NOV/76), asunto que imposibilitó definitivamente cualquier acuerdo posterior.
La lectura del archivo secreto del embajador Violand responde a la pregunta que formulara en la Corte Internacional de Justicia de La Haya el juez británico Christopher Greenwood: “¿En qué fecha mantiene Bolivia que se concluyó un acuerdo respecto de la negociación relativa al acceso soberano?”. El 8 de febrero de 1975, los estados de Chile y Bolivia concluyeron un acuerdo de acceso soberano al mar para Bolivia, quedando sólo pendiente el tipo de compensación territorial que debía ceder Bolivia a cambio de esa soberanía ya acordada. PENDIENTE es el término clave que modificó para siempre (sin saberlo del todo por parte de los protagonistas) el Tratado de 1904, aunque para el mundo y la diplomacia bilateral, curiosamente, se reconozca como vigente.
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