22 años de la Hoja del Sur

En el periodismo es difícil, si acaso no imposible, pretender editar una publicación que pueda cubrir su costo y que resulte atractiva para que el público la compre. Esto es lo que sucede principalmente con las revistas. Cuántos ensueños y esfuerzos demandan que, por lo general, resulta difícil y, por lo general, imposible sostenerlos.

Con estas líneas empezaré por rendir homenaje a tantos periodistas que se empeñaron en el intento, pero por la situación económica, fundamentalmente, les ha sido imposible persistir en la hazaña, porque tal es la realidad que se confronta cuando se pretende editar una publicación propia.

A pesar de estas adversidades, no falta la excepción. Este es el caso del querido colega Reynaldo García, que nada menos desde hace 22 años sostiene el semanario “Hoja del Sur” y, para mayor admiración y mérito, circula en forma gratuita.

Su gesta periodística la inició con la impresión de 2.000 ejemplares, que García y colaboradores suyos los distribuían en centros comerciales, industriales e incluso en tiendas de abasto doméstico. Al presente, imprime cada semana 5.000 ejemplares y es posible que pronto aumente esta cantidad, por la creciente preferencia pública que adquirió “Hoja del Sur” en las oficinas y hogares paceños.

Empero, como editar un seminario es algo así como un sueño y una ilusión, Reynaldo hace grandes esfuerzos por conseguir publicidad de empresas, con lo que cubre el costo de impresión del semanario. Todos los días está dedicado a conseguir publicidad, aparte de colaboraciones para editarlas en “Hoja del Sur”. Menos mal que en este orden ha tenido buena acogida.

A Reynaldo lo conozco como colega en el oficio periodístico desde hace muchas décadas. Recuerdo mucho que trabajó con merecido reconocimiento en el diario “La Prensa”, de Lima-Perú. En ese tiempo era el único periodista boliviano que trabajaba en un medio externo.

Con estas líneas, mi propósito es rendirle un homenaje personal por tratarse de un distinguido profesional. Asimismo, expresarle mi admiración por el esfuerzo diario que efectúa para editar puntualmente, cada semana, “Hoja del Sur”.

En reconocimiento a tan meritoria hazaña le hago llegar mi admiración y afecto por un logro de tanta significación y valía. Asimismo, mi gratitud por publicar en sus páginas mis comentarios semanales.