Yessica Pacosillo, una menor de 10 años, oriunda de la comunidad de Santiago de Okola, provincia Camacho, espera la solidaridad de los habitantes de La Paz, la menor presenta un severo retraso en el desarrollo mental y cierto deterioro en su salud.
Actualmente, la menor vive con la abuela materna, desde los cuatro hasta los diez años vivió con personas de la comunidad que no tenían parentesco alguno. Según se conoce, el padre de Yessica la abandonó y la madre de la menor falleció al momento del parto.
La historia sale a la luz pública por la solidaridad del abogado Williams Bascopé, quien durante una visita a la visita a la comunidad Santiago de Okola conoció a la menor y al ver la actitud de la menor se percató de las dificultades físicas de la niña se solidarizó y decidió encarar una campaña para ayudar a Yessica.
Bascopé, abogado de profesión, traslada a la menor a la ciudad para que pueda ser valorada por médicos. Momentáneamente habilitó en su domicilio un cuarto para la menor y su abuela.
Siendo que la ayuda en beneficio de la menor es insuficiente, el Hospital Arco Iris inició los primeros estudios. La menor requiere un tratamiento con medicamentos controlados en el mercado y un tratamiento con especialistas, la manutención de su familia, recursos muy pobres, también necesita ayuda.
Bascopé describió la penosa condición de vida de la menor que no conocía pan ni arroz. Pero la situación empeora porque debido a la discapacidad de Yessica, con dificultades de habla, según los médicos que iniciaron el tratamiento, si la menor hubiera sido atendida oportunamente se hubiera recuperado favorablemente, pero ahora podría lograr una cura de entre 30 a 60%.
El abogado William Bascopé, eventualmente benefactor de la menor, lamentó que el progenitor de la menor hubiera abandono a su primogénita. Luego de siete años la abuela materna alcanzó la tutela de la menor, en febrero de la presente gestión, y nunca fue valorada por médicos especializados.
Las condiciones en las que encontró la abuela de la Yessica también son lamentables. “La niña vestía ropa sucia, no habla, tiene los dientes sumamente deteriorados, sin embargo ella es muy cariñosa”, dijo.
Bascopé explicó que entre las prioridades para restablecer la salud de la menor está un tratamiento odontológico “la mayoría de sus dientes están picados, tiene caries dolorosas, pero como no puede hablar es complicado entenderla”, lamentó Bascopé a tiempo de hacer el llamado solidario de algún odontopediatra. Asimismo, necesita su carnet de discapacidad y un tratamiento para la discapacidad que afronta la menor.
La menor tiene 10 años y necesita quedarse en la ciudad de La Paz, lo que significa un gasto adicional para la manutención de ella y la de su abuela materna que se dedica a la agricultura.
A fin de generar un fondo económico para la manutención de la menor se habilitó el número de cuenta 600467-401-2 en el Banco Bisa a nombre de la Abuelita Irene Laruta Hilari, o comunicarse al número 72000525 para coordinar cualquier aporte de buena voluntad.
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