No resulta extraño que algunos círculos hipersensibles del mundo oficial, frente a la incapacidad de lidiar con los problemas internos originados en la creciente crisis económica, corrupción, dificultades políticas, etc., den muestras de un estado de histeria contra fuerzas opositoras, medios de comunicación e inclusive supuestos críticos del régimen.
Miembros del gobierno, al ver algunas manifestaciones opositoras, han hecho alusiones a funcionarios de la Embajada de EEUU, en sentido de estar dedicados a desestabilizar al gobierno, financiar a grupos opositores e inclusive “conspirar” con aportes financieros a miembros de algunas corrientes partidarias. Es más, el saliente Encargado de Negocios de Estados Unidos fue acusado de entrevistarse con dirigentes políticos con fines de oposición, denuncia que culminó con la amenaza presidencial de que sería expulsado del país por injerencia en asuntos internos. Es en apariencia, creciente nerviosismo oficial
La reacción ante esas declaraciones no se hizo esperar y se atribuyó ese estado de nerviosismo a que en esa forma se explica que esas acusaciones se originan en que el Estado no tienen solucionadas plenamente sus dificultades internas, y en particular, la aproximación de las elecciones judiciales, la resolución del Tribunal Constitucional y la re-repostulación del actual primer mandatario, entre otras. Los aludidos con las denuncias oficiales han rechazado igualmente esas apreciaciones, asegurando que no hay una sola prueba y ningún partido o persona ha presentado algún argumento que dé credibilidad a dichas acusaciones.
Entrevistados por la prensa diaria, portavoces destacados de partidos políticos, parlamentarios, periodistas y otros han terminado sosteniendo que ciertas esferas del gobierno, por medio de agentes de inteligencia, practican con los medios de comunicación y políticos diversas formas de hostigamiento, persecución e inclusive espionaje. Dichas reacciones oficialistas fueron comentadas como una prolongación de la histeria que actualmente estremece a partidarios del régimen, como parte de una situación general más acentuada que se agrava, sin posibilidad de mejoría.
Expresaron quejas de hostigamiento Samuel Doria Medina, Amílcar Barral y Víctor Hugo Cárdenas, al mismo tiempo que hicieron conocer sus reacciones periodistas de renombre, entre ellos algunos de EL DIARIO y otros, que recordaron que el ministro Romero presentó una información detallada de las personalidades que estuvieron presentes en la movilizaciones que rechazaron la pretensión de reelección consecutiva del presidente Evo morales.
Finalmente, se afirma que no deja de causar asombro que ciertos círculos oficiales inflen la burbuja del malestar popular, originada por la crisis ética y política, lo que no contribuye a ver las verdaderas causas y probables formas de solución necesarias para el país.
Usurpado el 7 de octubre de 1970, por defender EL DIARIO |
Dirección:
Antonio Carrasco Guzmán
Jorge Carrasco Guzmán |
Rodrigo Ticona Espinoza |
"La prensa hace luz en las tinieblas |
Portada de HOY |
Caricatura |