II
Mas, ante la nueva situación en Rusia el principal enemigo del nuevo sistema era la pequeña burguesía, contra la que Lenin dirigió toda su artillería, manifestando que “el enemigo es todavía mucho más fuerte que nosotros” y que para superar las dificultades era necesario restablecer la industria y aplicar, como solución, “un intercambio adecuado de productos”. Las dificultades eran, pues, inmensas y Lenin procedió al cambio de táctica y observó que además del cambio de procedimientos “hemos aprendido también, al menos hasta cierto punto, otro arte imprescindible en la revolución: la flexibilidad, el saber cambiar de táctica con rapidez y decisión… y eligiendo otro camino para nuestros fines, si el que seguíamos antes no resulta conveniente o posible en un período determinado”. (Ibid).
El jefe político soviético dio ese paso atrás, argumentando que al empezar la revolución en 1917 se había actuado con gran optimismo, pero que “la vida les hizo ver el error” y que se necesitaba largo trabajo y una serie de años para pasar al comunismo. Lenin se dio cuenta, entonces, a los cuatro años de la revolución, que había que dar un viraje brusco que consistió en la “nueva política económica”, para la cual el Estado tiene que ser un “patrono prudente, celoso y hábil, un buen comerciante al por mayor; de lo contrario no podrá levantar económicamente al país de pequeños campesinos… No hay otro modo de pasar al comunismo”.
El comercio al por mayor era la condición que conducía al socialismo. Se inició así “la necesaria transformación de nuestra política económica” y señaló textualmente: “Hemos iniciado la necesaria transformación de nuestra política económica” y que “cueste lo que cueste, por muy penosos que sean los sufrimientos de la época de transición… no decaerá nuestro espíritu y llevaremos nuestra obra hasta el fin victorioso”. (Ibid).
Es más, Lenin sostenía que se llegó a ese viraje no por casualidad sino por causas objetivas y no por culpa de personas o partidos, por un período de incremento mucho más lento de las nuevas fuerzas. En ese sentido pidió ser más modestos, hacer más concesiones, mantener la recaudación de un moderado impuesto en especie y libertad para el restablecimiento de la economía campesina, entregar en arriendo “incluso a capitalistas privados y a las concesiones extranjeras” las empresas innecesarias. Destacaba, así mismo, que “Para nosotros es imprescindible un bloque o alianza del Estado contra el elemento pequeñoburgués” e insistía en que no había que perder la cabeza y comprobar en qué momento hay que saber actuar revolucionariamente y en qué momento hay que saber pasar a la acción reformista.
El proyecto de Lenin estaba en aplicación con efectividad y diversos resultados, pero ocurrió lo imprevisible: enfermó e incapacitado de seguir conduciendo el procedimiento que había concebido, falleció, dejando trunco su plan de la “nueva política económica”.
Usurpado el 7 de octubre de 1970, por defender EL DIARIO |
Dirección:
Antonio Carrasco Guzmán
Jorge Carrasco Guzmán |
Rodrigo Ticona Espinoza |
"La prensa hace luz en las tinieblas |
Portada de HOY |
Caricatura |