Eventos y espectáculos

De gobernar, lo que se dice gobernar, ni idea, pero de hacer eventos y espectáculos, el gobierno de Evo Morales sabe mucho.

Se mandó un evento con motivo del G77+China que costó cerca de 10 millones de dólares, con pasajes pagados y viáticos para los asistentes, dos años después de que Argentina, cuando le había tocado celebrar la reunión, lo hiciera con un cóctel en las oficinas de Naciones Unidas de Nueva York, que le costó 2.000 dólares.

Y ahora ha sacado de la galera el foro de los países exportadores de gas, con gastos similares, que ha tenido, como único mérito, si le vas a llamar de alguna manera, la presencia de Nicolás Maduro, y de otro dictador, de un país africano.

Los organizadores habían pensado poner la cereza en la torta con la presencia de Vladimir Putín, presidente de Rusia, pero el proyecto quedó frustrado cuando el invitado anunció a último momento que no vendría. Se sospecha que preguntó a sus colaboradores en el Kremlin cuánto gas tenía Bolivia en sus reservas y cuando le dijeron que son 5 TCF, dijo cómo puede ser, esto es un ridículo. Es que Rusia tiene 1.750 TCF de reservas y consume 50 TCF en un solo año.

La reunión tocó alturas de delirio cuando el vicepresidente Álvaro García Linera dijo que Bolivia tiene el propósito de incursionar en el negocio de venta de gas natural licuado (GNL), enviando el producto hasta el Asia. Es decir que los 5 TCF de las reservas, que apenas dan para 6 años de explotación, van a servir para competir con Qatar, que tiene reservas de 700 TCF y se propone vender gas a la China.

La verdad es que el gas boliviano no abastece ni siquiera la planta de Bulo Bulo, que fue inaugurada en septiembre pasado, ni la de Yacuiba, que está operando a 30% de su capacidad, ni permite hacer planes para el Mutún…

Eso sí, el espectáculo fue muy bueno. La seguridad impidió las protestas contra el dictador venezolano, mientras el otro dictador, el africano, se fue con un Cóndor de los Andes, nada más que por saber el secreto de ganar elecciones con 90% de los votos de los sobrevivientes.

Pero de gobernar, lo que se dice gobernar, ni idea.

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