Condorito de Los Andes

Muy poco interés periodístico despertó la llegada a nuestro país del presidente de Guinea Ecuatorial, Teodoro Obiang, y así se la hice saber a mi discípula que trabaja en el Palacio Real de la plaza Murillo, aunque con su campechería muy propia de quienes nacieron en Quillacollo me dijo que había llegado a nuestro territorio un mandatario africano que gobierna hace 38 años, mientras nuestro presidente vitalicio Evo Morales gobierna hace 12 años.

Esta noticia no hubiera impactado tanto si no fuera porque ella me comunicó textualmente: “hoy he visto en Palacio colocar unos “chullu chullus” en el pecho del visitante extranjero”. Prestamente corregí la expresión autóctona, aclarando a Macacha que no se trataba de algún chullu chullu sino del Gran Collar del Cóndor de los Andes, honor que sólo se otorga a ciudadanos distinguidos que prestaron servicios a nuestro país, preguntándonos todos qué beneficios había recibido nuestro pueblo de la mencionada visita de Estado realizada hace unos días en Santa Cruz y La Paz con motivo del “Foro Internacional de Países Exportadores de Gas”. Todo se quedó en agua de borrajas, discursos grandilocuentes que sólo demostraron la vinculación estrecha entre nuestro país y algunas dictaduras caribeñas y salpimentadas de doctrinas socialistas.

La bambina cochabambina, obnubilada por las ceremonias realizadas en el Palacio, sólo tuvo palabras de elogio para los organizadores del Foro en Santa Cruz y de los abrazos y besos entre los gobernantes africanos y bolivianos, lo cual emocionó a los protagonistas y testigos de estos devaneos amorosos entre dos mandatarios que se creen providenciales y eternos.

También intervinieron en este sainete el canciller Fernando Huanacuni y algunos metiches que por sacarse una foto oficial no vacilan en ratificar las palabras gubernamentales entre dos mandatarios de larga duración, acostumbrados a mandonear durante décadas. A duras penas conseguí convencer a mi corresponsal periodística de que no son “chullu chullus” las insignias regadas al gobernante, tampoco podrían ser llamadas “arrecheras” las charreteras que hoy lucirá el visitante africano, que despertó amores tropicales entre él y Evo Morales.

Supimos de muy buena fuente que hubo intercambio de regalos entre los mandatarios y que el africano se llevó una buena cantidad de espejitos y piedras de chafalonía, cual corresponde a los huachafos que protagonizaron estos actos revisteriles.