La fiesta cívica que celebraron los hondureños el 26 de noviembre, con más de dos millones y medio de personas que concurriendo a las elecciones generales, pasó a ser una crisis tres días después de que el candidato de la Alianza de Oposición contra la Dictadura, Salvador Nasralla, dejó de encabezar los resultados.
La incertidumbre y la violencia entre denuncias de fraude de la oposición han marcado las la recta final del escrutinio de las elecciones del domingo en Honduras, cuyo resultado final sigue sin conocerse.
La crisis comenzó a asomar con la incertidumbre generada por la demora de los primeros resultados para la fórmula de presidente, que no proporcionó un cuestionado Tribunal Supremo Electoral (TSE) el mismo día de las elecciones, como lo había prometido, sino hasta en la madrugada del lunes.
Honduras se hundió ayer en un caos de protestas callejeras, ataques y saqueos, mientras la población sigue esperando el resultado oficial de los comicios que disputaron el presidente Juan Orlando Hernández y el presentador de televisión Salvador Nasralla, que denuncia fraude.