La Agencia Internacional de Energía sostiene que la generación de energía, a través de las hidroeléctricas, no sólo es una ventaja para Brasil a la hora de negociar la renovación del contrato de compra y venta de gas natural con Bolivia, sino que trabaja para que el 2030 sea una economía autosuficiente.
Asimismo, sostiene que para esta fecha el vecino país podría alcanzar su independencia energética. Por lo tanto, la negociación se hace cuesta arriba para el país.
Actualmente, está vigente el contrato con el Brasil, que terminará en 2019, en el cual se establece volúmenes mínimos y máximos de exportación de gas natural por parte de Bolivia.