Menor consumo incide en actividad económica

Desde hace tres años, aproximadamente, el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) del país sufrió un menor dinamismo a consecuencia de factores externos como los precios de las exportaciones.

De 6.8% de expansión en 2013 se situó en 4,3% en 2016. Para la presente gestión los organismos internacionales proyectan una cifra de 4,2%, mientras otras fuentes estiman un dígito por debajo de 4%. En el centro de este escenario parece estar el comportamiento declinante del consumo de los hogares.

De acuerdo con el analista económico Darío Monasterio, la desaceleración del PIB obedecería al bajo consumo que registra la economía nacional, y Santa cruz no sería la excepción, ya que la región registraba actividad productiva, financiera y comercial, y por ende las compras de las familias tendían a ser las más significativas respecto de otras regiones.

EMPRESARIADO

Esta misma percepción fue señalada por el expresidente de la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia, Gabriel Dabdoub, quien refirió sobre una virtual propensión a la reducción del gasto y –en consecuencia– del consumo de los hogares

Según Monasterio, el consumo fue afectado por el bajo gasto público, el financiamiento de la deuda externa, la inversión que frenó sus planes de crecimiento, así como la reducción de las exportaciones, además del crecimiento de las importaciones.

“Hay incertidumbre en el país por lo que pueda suceder más adelante ante el fallo del Tribunal Constitucional y la reciente elección de autoridades judiciales, la gente ahora es cauta en sus gastos, y prefiere esperar, porque no sabe lo que va a pasar”, sostuvo.

CONSTRUCCIÓN

Una muestra de que la economía cruceña está en un momento de inflexión también se reflejaría a nivel nacional. Un sector afectado por la desaceleración advertida por empresarios e inversionistas es el descenso de la actividad de la construcción. El entrevistado señaló que en el reporte del primer trimestre, el sector registró una cifra negativa, cuyo efecto es una menor demanda de la mano de obra y de los insumos.

Monasterio lamentó que las señales del Gobierno –por el momento– no son buenas, sino todo lo contrario, y la gente vive en un momento de incertidumbre sobre lo que sucederá más adelante.