La disminución de la fuerza de los vientos y el trabajo de más de 5.700 bomberos permitieron lograr avances importantes en el control de los incendios en Los Ángeles, aunque sus efectos son tales que el presidente de EEUU, Donald Trump, declaró el estado de emergencia en California.
Mientras el fuego más importante, en el condado de Ventura, 100 kilómetros al noroeste de Los Ángeles, sigue avanzando fuera de control, los fuegos desatados esta semana en la segunda ciudad más importante del país comienzan a dar señales de que los bomberos podrán controlarlos en los próximos días.
La clave reside en la menor intensidad de los secos y potentes “Vientos de Santa Ana” que soplan con fuerza esta semana en la región y que han avivado las llamas, que dañaron más de medio millar de estructuras, obligaron a evacuar a más de 200.000 personas y quemaron decenas de miles de hectáreas en el estado.
Si este jueves estos vientos típicos de esta época del año llegaron a tener rachas de hasta 128 kilómetros por hora, hoy dieron opciones a los bomberos.