Con verdadero malestar fue recibida la noticia acerca de la presunta utilización por parte del Banco Central de Bolivia (BCB) de los recursos del Fondo de Protección al Ahorrista con el fin de inflar las Reservas Internacionales Netas (RIN). Dichos ahorros cayeron súbitamente en un solo día en 647 millones de dólares, mientras, en coincidencia, las reservas del Banco Central de Bolivia (BCB) subieron de 9.863 millones de dólares a 10.519 en la misma moneda.
Otra candente aseveración que puso el dedo en la llaga, fue una declaración del presidente del BCB, Pablo Ramos, en sentido de que la subida de los precios de minerales y petróleo, a fines de año, permitirá un mayor monto de recursos a favor del Estado, como lo fue durante el último decenio, aunque algunas autoridades dicen lo contrario.
En cuanto al asunto de los ahorros del Fondo aludido, en primer lugar se produjo una polémica entre el senador Oscar Ortiz, y el presidente del BCB, Pablo Ramos, y mientras el primero denunció que los recursos del Fondo de ahorristas fueron transferidos a las Reservas Internacionales y sirvieron para “inflar” el RIN; el segundo rechazó la sindicación e indicó que el BCB “estaba en la facultad de invertir ese dinero” (sic) y que, efectivamente, el BCB contaba con 10.081 millones de dólares y que pasarán a 10.400 millones de dólares hasta fin de año “debido al alza de las cotizaciones” de los minerales y el petróleo. Agregó que no había “ningún tipo de ‘inflación” en relación con el dinero depositado en las Reservas del Banco Central y que el actual RIN está correctamente registrado.
Sin embargo, pese a la rectificación del BCB, el senador siguió dudando y pedirá un informe al Ministro de Economía para aclarar sobre la inflación de las reservas.
A propósito, la otra declaración del Presidente del BCB también debería ser motivo de análisis porque hace depender una próxima subida de las reservas al alza de los precios del petróleo y minerales en el mercado internacional, lo que en otras palabras significaría que dicho incremento de las reservas no se debe a la producción interna, sino a factores externos y que, si ellos no hubiesen existido, la bonanza que vivió el país el último decenio habría sido imposible y que, por tanto, no fueron las nacionalizaciones las que causaron la prosperidad sino, más bien, los altos precios
Se debe recordar que en el año 2005, el precio del estaño que vendía Bolivia era de alrededor de 2 dólares la libra, y pasó a los 15 dólares, mientras la cotización del barril de petróleo subió de 20 a 150 dólares, lo cual le permitió al gobierno disponer de grandes cantidades de dinero, como nunca ocurrió en el país durante toda su vida e hicieron que las “nacionalizaciones” tengan éxito. Tal apreciación permite concluir que si bien las nacionalizaciones serían beneficiosas, su aplicación exitosa depende en absoluto de los precios internacionales, tema que es eludido en el análisis de la economía nacional.
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