Museo argentino
Buenos Aires.- El Museo Argentino del Títere alberga en Buenos Aires la colección de marionetas “más importante de América Latina”, pero hoy pide a gritos un poco de apoyo y atención por parte de público y autoridades gubernamentales para volver a ser la entidad de referencia que soñaron sus fundadoras.
El museo abrió sus puertas en 1995, aunque ya contaba con un extenso recorrido como entidad itinerante, a través de la que sus impulsoras, Mane Bernardo (1913-1991) y Sarah Bianchi (1922-2010), dos referencias argentinas de la representación con las manos, llevaron sus títeres por todo el país y crearon escuela.
GRAN ARCHIVO
Son famosas su “pantomanos”, una especie de pantomimas que daban muestra de su habilidad con los dedos y con las que llegaron a simular incluso un ‘stripteas’ que, en la época, fue censurado.
Hoy la institución conserva un “vasto archivo” -con ansias de catalogación-, y en el que se contabilizan “unos 800 muñecos de diferentes técnicas titiriteras” procedentes de países de América, África, Europa, Asia y Oceanía.
“Es la colección más importante de Latinoamérica porque, además de todo lo que está expuesto, hay otros tantos muñecos que están guardados en baúles por obras, con sus libretos y personajes”, explicó a Efe el director del museo, Antonio Eduardo Depiano.
Asimismo, cuenta con una biblioteca especializada con más de 500 títulos, una colección de 250 obras plásticas de Mane Bernardo, teatrillos y afiches internacionales.
Dos marionetas europeas del siglo XVIII y dos títeres de guante pertenecientes al poeta y titiritero español Federico García Lorca se erigen como las joyas de la corona de esta colección “única”.
Situado en pleno distrito de San Telmo, uno de los barrios más antiguos de la ciudad de Buenos Aires, donde las construcciones históricas son parte imprescindible del paisaje, el museo recibe a los visitantes con una fachada visiblemente deteriorada.
COLOR Y FANTASÍA
En su interior, numerosas vitrinas exhiben un universo de color y fantasía con forma de muñecos que se reparten en tres salones: internacional, nacional y latinoamericano.
En ellos, ‘Puppis’ sicilianos, los títeres más conocidos de Bernardo y Bianchi, vitrinas consagradas a réplicas de figuras articuladas precolombinas y muñecos mexicanos de las célebres hermanas Cueto y la Compañía Rosete Aranda, completan una atractiva propuesta.
“La gente ve el edificio medio ruinoso y piensa que el museo ya no existe o que agoniza”, aseguró a Efe Julio Cacciatore, sobrino de Bianchi.
Sin embargo, la entidad mantiene su prestigio y “cuando viene de países latinoamericanos algún grupo de titiriteros lo primero que quieren es poder hacer una función acá”, remarcó por su parte el director del museo.
Ambos reconocen que la salud de la casa “no es buena” en la actualidad y que “necesitaría una refacción muy importante”, pero por ahora pospone sus arreglos por falta de presupuesto.
VISITAS GUIADAS
La institución siempre estuvo cubierta económicamente por los premios y condecoraciones de Bianchi, la figura “convocante” aseguran, y desde su muerte en 2010 el museo fue olvidado por muchos.
En la actualidad su único sustento son las visitas guiadas, la “magra” recaudación de los espectáculos de títeres para niños y adultos que ofrecen en su auditorio y subvenciones muy puntuales.
“Lo que podemos generar nosotros durante el curso de un año es para mantener, pagar algunos impuestos y nada más. Necesitamos un apoyo importante”, afirmó Depiano.
El museo pide a gritos atención de las autoridades locales y para ello han presentado un “ambicioso” proyecto de mecenazgo para reformar la casona y digitalizar el importante patrimonio que conserva.
Un paso trascendental para dar el lavado de cara que necesita la entidad y volver a sus días dorados.
Precisamente para dar a conocer el legado de Bernardo y Bianchi, acaban de presentar el libro ‘Museo Argentino del Títere como Patrimonio Cultural de la Ciudad (de Buenos Aires)’ (Abey ediciones).
En él narran la historia del museo a través de sus fundadoras, con fotografías que van mostrando lo más destacado de la exposición y con comentarios de personalidades del ambiente titiritero, en una edición de coleccionista.
La directiva del museo pone todas las esperanzas en este proyecto y en un 2018 que acerque nuevos colaboradores y amantes del títere a la entidad.
Porque, a pesar de la situación de la casa, Delpiano asegura que “hay una enorme cantidad de grupos de titiriteros” repartidos por toda Argentina que no permitirán que este arte decaiga en el país. (EFE)
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