Crecimiento capitalista del rubro constructor

Uno de los fenómenos estructurales más significativos de la actualidad boliviana es el crecimiento y desarrollo del sistema capitalista de producción, pese al sabotaje y la oposición en su contra, tanto del gobierno como de algunos grupos desorientados llamados de izquierda.

Ese sistema económico se está produciendo en forma espontánea en todos los ámbitos del país con todas las características de un proceso natural y producto de antecedentes históricos determinantes. Con esos precedentes, se puede decir que se trata de un desarrollo económico que es imposible de detener o desviar, por más buenos deseos que pregonan algunos “teóricos” y “políticos” que confunden la realidad con sus deseos.

Ese desarrollo económico está creando en el país una masa de pequeños capitalistas, algunos de los cuales se enriquecen y forman un conjunto cada vez más fuerte, mientras otros se empobrecen y caen en las filas de los obreros libres o bien, se convierten en otros pequeños “empresarios” que forman el comercio callejero, de artesanías, etc., formando en conjunto una economía mercantil.

Una prueba objetiva de la evolución de la economía capitalista, en los términos generales indicados, es el sector de los constructores, cuyo desarrollo es paradigmático y permite ver cómo y a hacia dónde se desarrolla la economía boliviana.

En efecto, en todo el país existían en 2014 unas 6.900 empresas de construcción, organizadas en la Cámara Boliviana de Construcción (CABOCO), especialmente radicadas en La Paz, Cochabamba y Santa Cruz. Se encontraban dedicadas a obras públicas y privadas de diverso tipo. Pero, por diversos factores de la economía capitalista que rige en el país, el total de empresas se ha reducido en 483 constructoras que cancelaron sus matrículas, vale decir que dejó de operar casi el diez por ciento de las constructoras. Entre tanto, las firmas restantes se fortalecieron y algunas de ellas adquirieron gran volumen, hecho que revela que el capitalismo en Bolivia crece en forma cualitativa.

Pero ese desarrollo es más notable y revela la gran eficiencia de este sector, al observarse que se produce pese a la oposición del gobierno, tanto negándole contratos, como haciendo una feroz campaña contra el sistema capitalista real. Es más, esa política económica aniquila a las constructoras nacionales y facilita el crecimiento de empresas extranjeras.

Esos aspectos revelan en forma transparente que el sistema económico capitalista nacional es una realidad y se impone inexorable e inevitablemente y nada lo detendrá o desviará de sus objetivos históricos, como revelan los datos de CABOCO.