Silvia Edely Ríos Alí
Hace años leí en un matutino local una carta dirigida al presidente Evo Morales, donde se pedía el Aguinaldo Universal Navideño para todos los bolivianos y bolivianas. Esa nota en sus partes sobresalientes decía:
En Navidad unos la pasan bien con su aguinaldo, mientras muchos desocupados no recibimos aguinaldo, la pasamos tristes, no sabemos con qué comprar algo para nuestros hijos, si no tenemos dinero, ni un boliviano. Por buscar empleos casi obligados caemos en la trampa de trata y tráfico de personas, a las mujeres para afanes no decentes y a los hombres para tareas engañosas. O trabajamos eventual e informalmente. Otros salimos a buscar empleos en otros países, donde somos ofendidos, explotados, discriminados, humillados, agredidos y hasta despojados de nuestros documentos para esclavizarnos.
Sin embargo, si en Bolivia hay un crecimiento económico de más de 5%, este crecimiento económico se lo puede distribuir a todos los bolivianos y bolivianas, otorgándonos el Aguinaldo Universal Navideño. Este aguinaldo se puede dar a las personas que no están registradas en las Administradoras de Fondo de Pensiones (AFPs), utilizando los recursos de hidrocarburos (IDH), del Tesoro General de la Nación y los aportes de la empresa privada.
El Aguinaldo Universal Navideño distribuido a todos los bolivianos y bolivianas puede ser de 100 bolivianos o más, cualquier suma puede ser bien recibida en Navidad.
Los campesinos e indígenas en diciembre, mes de aguinaldo, están terminando de sembrar en el agro, todavía no tienen para vender productos agrícolas. Estos productos recién cosecharán en los meses de abril, mayo y junio del siguiente año.
En esa carta solicitan al Presidente el Aguinaldo Universal Navideño para todos los bolivianos y bolivianas: campesinos, indígenas, discapacitados, no videntes, enfermos en hospitales, vendedores de periódicos, zapateros, lustrabotas, jóvenes estudiantes, carpinteros, plomeros, lavanderas y otros trabajadores eventuales e informales. Así todos con aguinaldo pasaríamos una Navidad feliz.
Para ello, INE debería medir la desocupación y la pobreza computando cuántas personas trabajan aportando a las AFPs y sabrá la desocupación real en el país. Para eliminar la desocupación, el contrabando y la pobreza se necesita crear fuentes de trabajo, instalar fábricas, para elaborar todos los productos que se trae de contrabando y dar empleos a los desocupados. Además cada año salen unos 20 mil técnicos de institutos, universidades y miles de bachilleres de los colegios y cuarteles. Estos jóvenes estudiaron con la ilusión de trabajar, pero no encuentran empleos.
Por todo ello pedimos al gobierno de turno y a los futuros gobernantes crear fuentes de trabajo, dignas, permanentes, con aportes a las AFPs. Y todos trabajaremos y recibiremos aguinaldo para tener una Navidad feliz. ¡Que Dios nos ilumine a todos!
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