Naciones Unidas.- Estados Unidos vetó ayer una resolución respaldada por el resto del Consejo de Seguridad de la ONU para pedirle marcha atrás en su decisión de reconocer a Jerusalén como capital de Israel.
Catorce de los quince países del Consejo de Seguridad -incluidos los aliados más estrechos de Washington- apoyaron el texto, ilustrando el aislamiento estadounidense a raíz del anuncio del presidente, Donald Trump, sobre el traslado de la embajada de Tel Aviv a Jerusalén.
El movimiento de Trump rompió con años de consenso internacional sobre la ciudad, cuyo estatus final debe ser acordado en un proceso de paz entre israelíes y palestinos, según Naciones Unidas.
“Ningún país va a decir a Estados Unidos dónde podemos poner nuestra embajada”, dijo ayer la embajadora estadounidense, Nikki Haley, tras vetar la resolución.
DECISIÓN SOBERANA
Haley defendió que la medida de Trump es una decisión “soberana” de su país y que supone un “reconocimiento de lo obvio”: que Jerusalén es la capital de Israel.
En un duro discurso, Haley atacó al resto de países por su voto a favor de la resolución y amenazó con posibles consecuencias.
“Lo que hemos visto hoy en el Consejo de Seguridad es un insulto. No será olvidado”, dijo la diplomática.
El texto, impulsado por Egipto en apoyo de los palestinos, reiteraba la doctrina de la ONU sobre Jerusalén y lamentaba las “recientes decisiones” sobre el estatus de la ciudad, en referencia a la medida de Trump, que no mencionaba explícitamente.
MISIONES DIPLOMÁTICAS
Además, pedía rescindir toda decisión contraria a lo fijado por Naciones Unidas con respecto a Jerusalén y, específicamente, llamaba a todos los países a evitar establecer misiones diplomáticas en la ciudad.
La ONU defiende desde hace años que el conflicto solo podrá resolverse con la creación junto a Israel de un Estado palestino.
Para los líderes palestinos, la capital de ese futuro Estado debe situarse en la parte oriental de Jerusalén, que Israel ocupa desde 1967.
Haley consideró hoy que, de manera implícita, la propuesta de resolución responsabilizaba a su país de perjudicar las perspectivas de paz en Oriente Medio, algo que calificó de “acusación indignante”.
“Un proceso de paz dañado por el simple reconocimiento de que Jerusalén es la capital de Israel no es un proceso de paz, es una justificación para un bloqueo interminable”, defendió.
SEGURIDAD
El veto de ayer fue el primero que ejerce la administración de Trump en el Consejo de Seguridad de la ONU EEUU llevaba desde 2011 sin utilizar esta herramienta.
“El hecho de que este veto se haga en defensa de la soberanía de EE.UU. y en defensa del papel de EE.UU. en el proceso de paz de Oriente Medio no es motivo de vergüenza para nosotros, debería serlo para el resto del Consejo de Seguridad”, opinó Haley. (EFE)
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