Las aves son en realidad dinosaurios que consiguieron evitar la extinción de hace 66 millones de años.
Hace unos 200 millones de años comenzó el reinado de los dinosaurios. Consiguieron dominar la Tierra gracias a una extinción masiva que acabó con la mayor parte de la vida del planeta hasta ese momento, provocando la desaparición de enormes reptiles de tipo cocodrilo e invertebrados marinos. La era de los dinosaurios finalizó hace unos 66 millones de años, al final del Cretácico y comienzos del Terciario, aunque su extinción no fue total. Todavía hay dinosaurios entre nosotros: las aves.
Las aves son animales bípedos con plumas, siendo una de sus características más importantes tener las extremidades anteriores modificadas para sostener las alas. El origen evolutivo de las aves ha sido objeto de controversia científica durante mucho tiempo, no en balde en el siglo XVIII eran listadas con frecuencia a continuación de los peces voladores en la “cadena de la vida”.
En el año 1861 se descubrió al Archaeopteryx, la primera ave, a pesar de que tenía estructuras próximas a los dinosaurios “tradicionales”, como la presencia de dientes, cola ósea y su incapacidad para volar. En este momento sabemos que el Archaeopteryx solo podía planear. A partir de su descubrimiento los científicos no han dejado de estudiar las analogías entre las aves y los dinosaurios, que son muchas. Han llegado a la conclusión de que compartir una característica como las plumas de tipo aviano sin que haya ningún tipo parentesco es prácticamente imposible.
Las aves son descendientes de un tipo de dinosaurios carnívoros terrestres -terópodos- cuyo tamaño fue reduciéndose a lo largo de más de 50 millones de años. Estos dinosaurios desarrollaron plumas, brazos transversales y alas, lo cual les permitió subir a los árboles, volar o planear, una versatilidad evolutiva de enorme importancia. Además de la capacidad aerodinámica las plumas conceden otras ventajas: la termorregulación –evita la pérdida del calor corporal- y una función comunicadora para la reproducción.
El tamaño de aquellos dinosaurios tuvo una ventaja evolutiva: ser más pequeños y ligeros permitió a los pájaros una oportunidad de desarrollo de la que no disfrutaron sus primos de mayor tamaño, permitiéndoles esquivar la ex-tinción en masa. En este momento los pa-rientes vi-vos más cercanos son los co-codrilos, con los cuales carecen de similitudes físicas.
Después de la extinción de los dinosaurios se produjo un “big bang” en la evolución de las aves que duró de 10 a 15 millones de años provocando la aparición de cuatro linajes que se expandieron de forma radical y dieron lugar a las 10.500 especies actuales.
Las gallinas y los avestruces se encuentran en el mismo árbol evolutivo que los terribles Tiranosaurios rex -los “reptiles tirano”-, estando más estrechamente emparentados con estas aves que con el lagarto o el cocodrilo. A esta conclusión se ha podido llegar tras analizar las secuencias de una proteína conseguida del colágeno del fémur de un fósil de este dinosaurio, que vivió hace 68 millones de años. Los restos del Tiranosaurio fueron descubiertos en el año 2003 en una zona entre los estados de Wyo-ming y Montana (Estados Unidos). No sólo las gallinas y los avestruces son primas lejanas del Tiranosaurio rex, también tienen un ancestro común con los caimanes.
Con la ayuda de otra proteína, en este caso una proteína que permite inhibir algunas moléculas genéticas que controlan el desarrollo anatómico, el científico Arhat Abzhanov consiguió alterar el desarrollo normal de algunos embriones de gallina, haciéndoles retroceder evolutivamente. El método era una suerte de máquina del tiempo molecular, ca-paz de dar marcha atrás en la evolución de las gallinas, pudiendo corroborar la hipótesis. Y asombrándonos con el resultado…
Pedro Gargantilla
FUENTE: ABC
Portada de HOY |
1 Dólar: | 6.96 Bs. |
1 Euro: | 8.03 Bs. |
1 UFV: | 2.23502 Bs. |
Impunidad |