Una huelga general convocada por la mayor central obrera de Argentina y una batalla campal desatada en los alrededores del Parlamento, con decenas de heridos y detenidos, rodearon ayer el tenso debate de la polémica reforma del sistema de pensiones que impulsa el Gobierno de Mauricio Macri.
Tras el fallido intento de sacar adelante la ley la semana pasada, también en medio de violentas protestas, el oficialismo logró ayer quórum para iniciar la discusión del proyecto en la Cámara de Diputados, pero, a la par, se desató un fuerte enfrentamiento entre la Policía y parte de los numerosos manifestantes contrarios a la iniciativa.
Una lluvia de piedras contra los agentes de seguridad, a la que siguió el derribo de parte del extenso vallado en torno al palacio del Congreso, fueron los primeros incidentes a los que la Policía respondió con disparos de balas de goma y gases lacrimógenos.
Los disturbios se extendieron luego hacia otros sectores del centro de la ciudad, mientras el grueso de los manifestantes que no participó de los incidentes se retiraba y entraba en acción la Gendarmería y la Policía Federal.