Del imperativo histórico a la creación de nuestra historia como pueblos unidos

La situación actual en Bolivia es alarmante. Se observa que, manipulación tras manipulación, el Gobierno actual progresivamente va poniendo en peligro a nuestra democracia.

El 22/02/16 el Gobierno lanzó un referendo, consultando a la población sobre la posibilidad de reformar la Constitución, con miras a una cuarta reelección consecutiva para la gestión 2020-2025 (ya se había efectuado una modificación anterior que le había permitido un tercer mandato consecutivo); 51,3% de la población manifestó su desacuerdo y el 49,7% su acuerdo.

Un año después del referendo, el gobierno presentó un recurso abstracto de inconstitucionalidad contra la limitante constitucional, según la cual se puede ser reelecto una sola vez de manera consecutiva.

El 28/11/17 el Tribunal Constitucional de Bolivia aprobó la posibilidad de reelección indefinida, del actual Presidente Evo Morales, como de todo su gobierno, invocando los derechos políticos del Pacto de San José. Estos últimos tienen por objetivo, mantener abierto el acceso al mando del Estado, a todo.a ciudadano.a sin discriminación, y esto para evitar gobiernos déspotas. No trata, entonces, sobre los derechos políticos que tiene un presidente ya reelecto más de dos veces, en un régimen presidencialista, a repostularse, consecutivamente, cuantas veces quiera. Con ello, estaría colocando sus derechos políticos, de manera personal y exclusiva, no como ciudadano pero como Jefe de Estado, por sobre la Constitución, un acto explícitamente autoritario. En otras palabras, su derecho a gobernar sería mayor a nuestro derecho como pueblo soberano a elegir a quien gobierna y de qué manera lo hace.

Enseguida, el 3/12/17 se convocó a elecciones judiciales, para las cuales se presentaron, como postulantes a magistrados, partidarios del MAS; 77% de la población votó nulo. En lugar de convocar a nuevas elecciones, el gobierno nombró a sus magistrados, con el 23% de votos registrados. Observamos que, si bien, en un inicio, una parte de la población estaba de acuerdo con una reelección para la próxima gestión, ahora ésta se posiciona, claramente, en contra de un sistema autoritario. Con el control del poder judicial, en nombre de la ley se podrá cometer violaciones a los derechos y libertades fundamentales de cada ciudadano.a. A esto se añade el control que ejerce sobre los medios de comunicación. El gobierno compró empresas informativas y ofreció importantes contratos de publicidad a los que aceptaran cambiar su línea editorial.

En suma, el gobierno está controlando los poderes Ejecutivo, Legislativo, Judicial y hasta los medios de comunicación. En una democracia, tanto el mecanismo del peso y contrapeso como la independencia de los poderes son indispensables para que no se abuse del poder. Actualmente, se denuncia numerosos abusos. La defensa abierta del patriarcado y el acoso sexual a las mujeres en los discursos de Evo Morales; las políticas públicas extractivistas sin considerar los territorios indígenas y las áreas forestales protegidas; el encarcelamiento de ciudadanos que organizan protestas o critican su manera de gobernar.

Todo esto lejos del ideal que esperábamos de este gobierno. Con el nivel de confianza actual, ¿será el siguiente paso, el fraude electoral indefinido? Esperemos que no.

Asimismo, el presidente está manipulando su identidad indígena, pues si le rehúsa su derecho exclusivo a ser reelecto indefinidamente se le estaría discriminando. Es lamentable que se instrumentalice a tal grado la identidad indígena, algo por lo que se debería luchar de manera íntegra y honesta. A la vez nos preguntamos ¿por qué no surgieron nuevos líderes con esta intención?

Si bien se notó una mayor inclusión social, podríamos cuestionar la calidad de esta inclusión. ¿Por qué en estas tres gestiones de gobierno no surgió un.a líder en su mismo partido? ¿Fue realmente empoderada esa población incluida o sirvió como simple soporte? ¿Por qué no surgió un nuevo liderazgo con la misma voluntad de emancipación dentro de la sociedad civil? ¿La sociedad civil se habrá quedado como espectadora de este llamado “proceso de cambio”?

Que un representante indígena gobernara fue un imperativo histórico, tenía que acontecer en un algún momento, y felizmente que así fue, que lo hayamos podido ver, y esperemos que con nuevos liderazgos, la emancipación indígena siga su curso. El rol principal de esta nueva página en nuestra historia es la emancipación de un sistema represor que nos dividía, por ende el empoderamiento de la globalidad de la sociedad civil como pueblos unidos, y no la imposición de un nuevo sistema opresor y divisivo. Entonces, ¿cómo pasar de un imperativo histórico necesario a una dinámica de creación de nuestra historia como pueblos unidos? No será un individuo que nos salvará ni emancipará. Emanciparnos es deber nuestro de cada ciudadano.a y debemos hacerlo en conjunto.

Elegimos este gobierno para iniciar este proceso de emancipación y empezó. Está en nuestras manos como ciudadano.a.s libres protegerlo y seguir llevándolo adelante. No necesitamos un gobierno que se guíe por sentimientos de venganza y con la voluntad de acaparar el poder absoluto. Al contrario, necesitamos un gobierno honesto que emane un sentimiento de libertad, amor y reconciliación.

Ante tal situación, apelamos a la atención y el apoyo de la comunidad internacional.

La autora es Mágister en Derechos Humanos.