Sao Paulo.- El ministro de Justicia de Brasil, Torquato Jardim, informó ayer que el decreto firmado por el presidente Michel Temer, que concede, de manera más flexible que otros años, el indulto navideño a presos, es “impersonal” y responde a una “visión más liberal” del derecho penal, en medio de fuertes críticas.
El mandatario firmó en la víspera el tradicional indulto navideño, un beneficio previsto en la Constitución brasileña que concede la supresión de las penas por esta época del año siempre y cuando se cumplan determinados requisitos.
CONDICIONES IMPUESTAS
Sin embargo, las condiciones impuestas para este año son más blandas y flexibles que el anterior, lo que ha generado la crítica de fiscales anticorrupción y ONGs ya que se beneficiarán todos aquellos condenados por crímenes cometidos sin violencia o amenaza, como corrupción o lavado de dinero, que tanto han golpeado al país.
En 2016 solo se beneficiaron de ese perdón los condenados a un máximo de 12 años que, sin ser reincidentes, habían cumplido hasta el 25 de diciembre un cuarto de la pena.
Para este año, el jefe de Estado firmó un decreto que no establece un periodo máximo de condenación y reduce en un 20 % el tiempo de pena para los no reincidentes.
DERECHO CONSTITUCIONAL
En este sentido, Jardim recordó que el gobernante es un profesor de derecho constitucional, fue dos veces secretario de Seguridad Pública y “conoce ese asunto como nadie”.
“Entendió (Temer), como posición política que refleja una visión más liberal del derecho penal sin ninguna duda, que mantener al penado en régimen cerrado no es necesariamente la mejor solución. Basta ver que dos tercios son reincidentes”, añadió el titular de la cartera de Justicia.
El ministro manifestó que el decreto firmado por Temer no alcanza solo a los delitos contra la Administración Pública, sino también a condenados por tráfico de personas, drogas, armas y delitos cibernéticos, que, en su opinión, pasaron a ser tratados este año con “abstracción, universalidad y de manera impersonal”.
CORRUPCIÓN
Numerosos escándalos de corrupción han enviado a prisión a decenas de empresarios y políticos brasileños de todo el arco ideológico en los últimos casi cuatro años, a raíz de las investigaciones alrededor de los millonarios desvíos destapados en la petrolera estatal Petrobras.
El propio Temer, en otro escándalo destapado por la multinacional cárnica JBS, fue denunciado por la Fiscalía en dos ocasiones este año, primero por corrupción pasiva y meses después por asociación ilícita y obstrucción a la Justicia.
No obstante, todos los cargos fueron rechazados y archivados por el Congreso, al que por mandato constitucional le corresponde autorizar o no la apertura de un juicio penal contra un jefe de Estado en ejercicio del poder.
CRÍTICAS
Las críticas por el decreto del indulto navideño de este año no se han hecho esperar y el coordinador de la Operación Lava Jato, como se conocen las investigaciones del caso Petrobras, el fiscal Deltan Dallagnol dijo en redes sociales que se trata de “una gran feria de Navidad para corruptos”.
“Practique corrupción y cargue solo con el 20 % de las consecuencias, eso cuando uno pague por el delito porque la regla es la impunidad”, escribió el fiscal.
CONSEJO
Según la versión de algunos medios locales, Temer ignoró la solicitud del Consejo Nacional de Política Criminal y la Fiscalía, que pedían, entre otros puntos, que los condenados por delitos de corrupción no fueran beneficiados por el indulto.
La organización Transparencia Internacional dijo en una nota publicada en la víspera que recibió con “profunda preocupación” el decreto.
“La frustración del efectivo cumplimiento de las penas impuestas por la Justicia muestra a la población, que, con frecuencia, los corruptos y poderosos pueden encontrar formas de escapar de la Justicia a pesar de la gravedad de sus crímenes”, señaló la nota. (EFE)
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