El mensaje de la Iglesia por Navidad

El reciente comunicado de la Iglesia Católica en Bolivia sobre la Navidad manifiesta una serie de críticas al gobierno que la vorágine informativa parece haber pasado por alto.

El documento hace hincapié en el siempre delicado tema del aborto y manifiesta dudas respecto de los propósitos que llevaron al presidente Evo Morales a visitar al Papa Francisco el viernes 15 de este mes.

El mensaje sostiene que es una “ironía” que Morales hubiera acudido a visitar al Papa el mismo día en que el vicepresidente promulgaba el nuevo Código Penal que contempla nuevas causales para el aborto, pese a los llamados de las iglesias cristianas para mantener, como reza la Constitución, la defensa de la vida desde el momento de la concepción.

El documento, leído por el Secretario General de la CEB, monseñor Aurelio Pesoa, sigue a otro, emitido dos semanas antes, en el que la Iglesia hace notar su desazón y disidencia con la reelección indefinida que el 28 de noviembre le obsequió el Tribunal Constitucional Plurinacional a Morales.

No parece sino que resulta evidente que la Iglesia en Bolivia -así como otras denominaciones cristianas- ven con cada vez mayor preocupación la deriva autoritaria del gobierno de Morales.

La Iglesia sabe bien a dónde van esos pasos. Ha lidiado y sigue lidiando con similares conductas en Venezuela, el norte por el que se guía el poder político en Bolivia.

El jueves 21, en la cumbre del Mercosur celebrada en Brasil, Morales defendía a ese régimen, cuyas tropelías antidemocráticas no admiten defensa posible. Es más, la diplomacia Argentina analiza por estas horas abandonar la Unasur precisamente por la presencia de Bolivia y Venezuela que, según fuentes del Palacio San Martín, en su afán de cohonestar sus conductas autoritarias, bloquean su funcionamiento efectivo.

Morales, sea en actitud desafiante o quizás por mera desinformación, lejos de defender los genuinos intereses de Bolivia en el Mercosur, utilizó buena parte de su tiempo para pedir el retorno a su seno de Venezuela. Y esto pese a que la suspensión de ese país, mediante la aplicación de la Carta Democrática del grupo, fue promovida por Argentina y que Bolivia no es miembro de pleno derecho. De hecho, bastaría con que Buenos Aires se opusiera para que el interés boliviano en ingresar al club quedara frustrado.

En suelo boliviano quedó la crisis que el oficialismo disparó con los médicos. El intento del gobierno de someterlos con amenazas y sin diálogo ha llevado a ese pueblo -al que dice obedecer Morales- a padecer la falta de servicios médicos y hasta de medicamentos. Pero tal parece que era más importante para Morales viajar a Brasil para defender a Maduro, con un discurso que aparenta haber sido pergeñado en Caracas, no en La Paz.

El mensaje navideño de la Iglesia también se refiere a esta crisis. “(…) lamentamos que esta Navidad llegue a Bolivia en medio de un preocupante retroceso de la Justicia y del respeto a los Derechos Humanos” dice, en referencia también a que el nuevo Código Penal ordena a los médicos a practicar abortos incluso contra su conciencia.

La prédica de la Iglesia contrapone claramente la alegría de la Navidad, por el nacimiento de Jesucristo, “nuestro Salvador”, que ha venido a traer “Vida para el mundo”, con la aprobación de una ley que la pone en peligro.

“Pero, a pesar de esta situación, nada debe ensombrecer lo más importante: la fe en Dios, en su nacimiento en el mundo y la confianza en la capacidad de acogida de esta Buena Noticia en cada familia boliviana, que sabrá decidir en conciencia. En Navidad celebramos la vida del que es Vida para el mundo. Acojámosle, celebremos y defendamos la maravilla de la vida humana. Unámonos en esta Navidad y que la Paz inunde nuestros hogares”, concluye el texto.