Mensaje a la juventud

“Que nadie permanezca sentado ni subsista la cobarde indiferencia. Grandes tareas nos aguardan, si queremos Patria mejor. Basta ya de pesimismo y resignación. Que una mística de resurgimiento sacuda este país dormido. ¡Cerrad filas, avanzad!”.

Estos conceptos corresponden al prolífico escritor nacional Fernando Diez de medina (1). Datan de hace aproximadamente 55 años. Fueron formulados en ocasión de la entrega del nuevo estandarte de la Confederación Universitaria Boliviana. El acto se cumplió en el paraninfo de nuestra Superior Casa de Estudios: UMSA.

El meritorio pensador, imbuido de profundo sentimiento cívico, no vaciló en invocar a la juventud estudiosa del país, a cerrar filas, para avanzar, en función estrictamente de Patria. “Que nadie permanezca sentado ni subsista la cobarde indiferencia. Basta ya de pesimismo y resignación”, arengó.

Sus palabras reflejan la preocupación que le embargaba ante aquella adversidad que recaía sobre el país. Siempre estuvo en su agenda la inquietud de conocer de cerca la realidad nacional. Sus avances y retrocesos. Sus problemas llevaderos y sus problemas engorrosos. Todo ello lo indujo a exclamar: “Grandes tareas nos aguardan, si queremos Patria mejor. Que una mística de resurgimiento sacuda este país dormido”.

Lo hizo al margen de toda pretensión político partidista. Con ello no quiso, obviamente, subvertir la convivencia democrática imperante sino tan sólo reencauzar los ideales relativos a buscar un porvenir promisorio. Pero priorizando, en todo caso, los supremos intereses nacionales. Primero y después siempre Bolivia.

Estuvo persuadido de que la juventud representaba fuerza y coraje para trastrocar las obsoletas estructuras que postergaban a los pueblos. Su sangre ha fecundado los surcos de la liberación en consonancia con los postulados de cambio. Ha dado mucho, pero casi nada ha recibido.

Impulsados por el vigor de la juventud asumieron el Poder los Lázaro Cárdenas, los Víctor Paz Estenssoro y otros, que lideraron cambios trascendentales en la región. Cambios que favorecieron en especial a los trabajadores del agro.

La juventud es ímpetu, esfuerzo y firmeza. Es vida y esperanza. Es un proyecto del presente y futuro. Sueña y lucha por alcanzar sus sueños. Con su rebeldía ha provocado la caída de los muros de la incomprensión. Ha provocado, asimismo, la caída de quienes se creían omnipotentes o insustituibles. Y de aquellos que humillaban a sus pueblos.

La juventud, en el momento de las decisiones, no se detiene en el color de la piel de las personas sino que actúa de manera inclusiva. El propósito ha sido vencer. No importa que haya derramado sangre u ofrendado vidas en el trayecto de las luchas sociales. La cosa fue y es avanzar. Y jamás retroceder.

En suma: la juventud ahora no se deja engatusar porque cuenta con un instrumento maravilloso: las redes sociales. Antes prevalecía el panfleto, el “volante” o la “palomita”.

(1) Fernando Diez de Medina: “De Bolivia y su Destino - Reflexiones para un Tiempo de Crisis”. EL DIARIO, La Paz – Bolivia, 21 de febrero de 1962.