En los 12 años que está en el gobierno el partido del MAS, se anunció en repetidas oportunidades la construcción y equipamiento de muchos hospitales; pero son pocas las obras que se han concretado, no obstante el extraordinario flujo de recursos
debido a los excepcionales precios internacionales del gas, minerales, etc., que han tenido vigencia hasta hace dos años.
El director general de servicio del Ministerio de Salud anunció el pasado 20 de noviembre (EL DIARIO 21/XI/17) que “el gobierno trabaja en la construcción de 11 hospitales para el departamento de La Paz con un presupuesto que supera los 2.915 millones de bolivianos”. El funcionario dio los siguientes datos: “Al momento tenemos 11 proyectos que están en marcha: el Instituto Gastroenterológico, Tercer Nivel La Paz del Tórax, Alto Sur, San Buenaventura Caranavi, Palos Blancos, Ixiamas, Achacachi, Corea El Alto, y Coripata”. Son datos que proporcionó para confirmar obras que el gobierno estaría realizando o que estén previstos en el futuro inmediato hasta el año 2022.
Atender los campos de la educación y salud siempre ha sido preocupación de todos los gobiernos; pero la falta de disponibilidad financiera no ha permitido su realización; sin embargo, se ha tramitado créditos externos y, en casos, se ha recibido ayudas o, también se ha logrado la condonación de deudas con el compromiso de que, como contraparte, se construirá obras de bien común; pero, extrañamente, las obras de mantenimiento y ampliación de centros educativos o de atención a la salud han sido pocas.
Desde el año 2006 el gobierno actual ha contado con ingresos extraordinarios, como nunca en la historia del país, debido a los precios internacionales del gas y cuya exportación al Brasil y la Argentina podría implicar la realización de obras de urgencia, pero no se las hizo. Centros hospitalarios con el debido equipamiento debían ser encarados con prioridad; igualmente, la refacción y construcción de establecimientos escolares también merece atención urgente; pero no se ha hecho lo suficiente, para dar paso a construcciones faraónicas, palacios, adquisición de aviones, automóviles de lujo, inversiones en empresas no rentables y otros hasta el extremo de permitir corrupción (caso Fondioc) y otros que han causado grave daño al país.
El anuncio sobre la construcción de 11 hospitales en el departamento de La Paz podría implicar el surgimiento de esperanzas, pero hay dudas al respecto, porque en el pasado inmediato anuncios similares no han tenido resultados. El país esperaría que se cumpla el proyecto, aunque lo importante sería que las inversiones sean inmediatas, porque los plazos detallados por el funcionario de gobierno son a mediano o largo plazo. Cabría, pues, destinar dineros del TGN para la atención de hospitales y centros de salud que, con urgencia, precisa todo el país.
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