Opinión de dos economistas
La economía boliviana está lejos de pasar por una etapa de recesión pese a la desaceleración permanente que hasta el momento no muestra signos de cambiar de rumbo, coincidieron los analistas económicos Armando Álvarez y Alberto Bonadona.
La desaceleración económica inició en 2015 y se mantuvo hasta la presente gestión con una tendencia a la baja de los principales indicadores económicos.
DINAMISMO
La desaceleración se entiende como un proceso de disminución transitorio del ritmo de crecimiento económico, y se manifiesta porque en un periodo dado la tasa de crecimiento es menor que en similar periodo inmediatamente anterior.
“La economía está creciendo menos que los años anteriores, pero sigue creciendo, hay una desaceleración, pero no hay recesión”, remarcó Álvarez.
“La desaceleración viene afectando tanto al sector productivo como al sector de servicios, pero los más perjudicados están directamente vinculados a la exportación”, enfatizó el analista.
EMPRESARIOS
En octubre, el titular de la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia (CEPB), Ronald Nostas, planteó un trabajo conjunto entre el sector público y privado para recuperar la dinámica de crecimiento de la economía.
“La disminución del crecimiento bajo ninguna circunstancia puede ser motivo de celebración para nadie”, indicó Nostas luego de conocer el informe del Ministerio de Economía sobre el crecimiento económico del país.
Álvarez confía en que el Gobierno tomará “las medidas adecuadas para no llegar a la recesión”, aunque reconoce que “en el mediano plazo es muy difícil revertir la situación” actual.
CRUDO
Para el economista Alberto Bonadona, la desaceleración es resultado de la caída del precio del petróleo, que hasta el momento no da señales de una verdadera recuperación, así como tampoco de los minerales, aunque apunta, con cierto optimismo, que los países industrializados puedan impulsar la subida del precio.
“Estamos en una etapa de desaceleración de la economía, y todavía no con signos de recuperación, pero no estamos en una crisis”, remarcó Bonadona que estima que la gestión 2018 será promisoria para el país.
Oficialmente se considera que existe recesión en un país cuando la tasa de variación anual del Producto Interno Bruto (PIB) es negativa durante dos trimestres consecutivos.
MAYOR GASTO
Sin embargo, para Bonadona en la gestión 2018 habrá gasto “a manos llenas” de parte del Gobierno por ser un año preelectoral, lo que incidirá en el crecimiento del PIB del país. “Uno podría pensar que el próximo año vamos a superar el 4%, con certeza, y no sería nada raro que nos aproximemos al 4,5%”, dijo.
Para esto, agregó, no interesará mucho si la inflación aumenta porque “se ha mantenido relativamente baja este año, a pesar de los gastos del Gobierno”.
La empresa privada de La Paz se pronunció la semana pasada y anticipó que de acuerdo a proyecciones de organismos internacionales la economía no crecerá por encima de 3.2 % este año, aunque calificó de “expectable” el ritmo de expansión de la economía boliviana, comparando con las economías sudamericanas. Al igual que los entrevistados la entidad privada admitió sin embargo que se ha advertido en la gestión que concluye un menor dinamismo de las actividades productivas en el país.
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