Decisiones de 2017
Ciudad de México.- El presidente de EEUU, Donald Trump, declaró una guerra abierta contra los migrantes de México que desprecia, afirmó a Sputnik el investigador Carlos Heredia, miembro del Consejo Consultivo del Instituto de México en el Centro Woodrow Wilson de Washington.
“La nueva política de EEUU es una declaración de guerra abierta y total contra los migrantes, con la firma de órdenes presidenciales para construir un muro y la persecución policial y expulsión de indocumentados, que llevaron al naufragio a una reunión presidencial bilateral”, indicó el profesor del prestigioso Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE) de México.
ÓRDENES EJECUTIVAS
Esa guerra “ya estaba muy anunciada y se perfilaba, pero ahora se hace realidad” con las órdenes ejecutivas de acciones antiinmigrantes para emprender deportaciones masivas, dice el experto, quien a lo largo de tres décadas ha participado en organismos civiles internacionales de México, EEUU y Canadá.
Las órdenes presidenciales "que hicieron abortar una reunión con el presidente Enrique Peña Nieto en Washington, prevista para el 31 de enero de 2017" “son la ratificación de que Trump ve a los mexicanos y por extensión a todos los latinoamericanos, como una raza inferior”, que serán perseguidos por 10.000 nuevos funcionarios de migración.
MENOS RECURSOS
Heredia confirma además que el poder de la Casa Blanca lo han tomado “los adalides de la guerra contra México y los migrantes, a cargo de las principales responsabilidades de ese nuevo combate abierto”, que comienza por quitar los subsidios federales a los “santuarios” de Chicago, Houston, Los Ángeles, Miami, Nueva York y Washington.
Las ilusiones de diálogo y negociación se han esfumado de golpe: “La tendencia mexicana a contarnos historias tranquilizantes de ensueño, había colocado esperanzas de que Trump iba a suavizar sus políticas, una vez que se sentara en la Casa Blanca”, indicó el autor de varios libros sobre la relación con EEUU y Canadá.
EEUU tiene la sensación de que los países de Latinoamérica son su “patio trasero y está más interesado en el cambio de regímenes que no son de su agrado.
En 1904, el presidente Theodore Roosevelt declaró que Estados Unidos tenía el derecho de intervenir en los asuntos internos de Latinoamérica, esto significaba que: "Si algún país de la región se portaba mal debía ser castigado".
En junio de 2017, el presidente Trump afirmó que su gobierno tiene la obligación de garantizar la libertad en todo el continente americano, mencionó en particular a Cuba y Venezuela.
AUTO-DEPORTACIÓN
La estrategia de la Casa Blanca es ahora “un política de acoso, que ella tiene a su cargo con el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de EEUU (ICE, en inglés)”, revela el experimentado investigador.
Ese plan se ha puesto en marcha “sin hacerse cargo de la realidad de la conducta estadounidense cotidiana ante la migración, que se aprovecha de los migrantes para los trabajos sucios mal remunerados”.
Esa política consiste "prosigue" “en prohibir a los migrantes la entrada sin documentos, pero una vez que ingresan y logran un trabajo, crea una contradicción cruel en toda la sociedad estadounidense”, explica el experto.
El Gobierno estadounidense “envía una señal perversa por la cual se le dice al mundo que está prohibido entrar a EEUU, pero permite y estimula contratar a empleados para trabajos que los blancos no quieren”. (sputniknews.com)
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