• En los últimos años los países de la región han movilizado un nivel sin precedente de personal, tecnología y recursos para resguardar estas zonas.
La protección de las fronteras terrestres y aéreas del país contra el ingreso ilegal de personas, armas, drogas y contrabando es vital para la seguridad y la prosperidad económica de Bolivia y los países de la región. En los últimos años se ha movilizado un nivel sin precedente de personal, tecnología y recursos para resguardar estas zonas.
Los gobiernos de la región como: Brasil, Perú, Chile y Argentina, que en el presente año han asumido acciones para optimizar el resguardo fronterizo, han reiterado que la seguridad a lo largo de sus fronteras está en su nivel más alto, pero quienes viven y trabajan en la región afirman que aún falta mucho por hacer.
De acuerdo una información de la Policía Boliviana, se han desplazado más de mil efectivos para reforzar la seguridad en las fronteras con otros países y en particular con Chile, para el control de tránsito de personas.
La vigilancia fronteriza tiene la finalidad de evitar el contrabando, el narcotráfico y la trata de personas, a través de los pasos fronterizos no habilitados.
El control de los límites de Bolivia con otros países, es de vital importancia debido a que el país se ha convertido en lugar de tránsito de personas, mercadería de contrabando y drogas.
La Policía creó la Dirección Nacional de Fronteras (Dinafron) cuya misión será realizar controles móviles y con drones en los límites de Bolivia con otros países. El primer contingente de seguridad será enviado a la zona fronteriza con Chile.
De acuerdo con datos de la Policía 150 efectivos de élite irán a la frontera con Chile. El grupo será apoyado por vehículos con camarote, cocina y hasta con duchas. La nueva unidad policial tiene vehículos de asalto y drones para mejorar la vigilancia en la frontera.
Esta nueva unidad pretende dar respuestas a la necesidad de la protección de la soberanía del territorio boliviano, contra delitos que afectan su seguridad y su economía.
DELITOS FRONTERIZOS
En los más de 42 puntos fronterizos habilitados y no habilitados que tiene Bolivia con los cinco países que lo rodean, se registran al menos seis delitos transnacionales. Por ello, el Estado firmó acuerdos con las naciones vecinas para mejorar la vigilancia.
Según el informe “Situación de la seguridad en fronteras”, presentado por el Ministerio de Gobierno en noviembre de 2016, se estableció que en las zonas fronterizas se cometen los delitos de narcotráfico, trata y tráfico de personas, tráfico de armas, contrabando, secuestros y robo de vehículos.
Para luchar contra estos delitos, Bolivia suscribió acuerdos con países vecinos, como Brasil y Argentina. Un enemigo común es el narcotráfico, ya que los delincuentes usan los puestos de control habilitados, inhabilitados y rutas de difícil acceso para transportar sustancias controladas.
De acuerdo con los datos del ministro de Gobierno Bolivia, geopolíticamente, es el corazón de Sudamérica y tiene una extensa frontera de 6.834 kilómetros, lo que le hace vulnerable a los delitos, no solo para el tráfico de drogas, sino también de armas, personas y contrabando, “que son delitos transnacionales desde el punto de vista que trascienden las jurisdicciones territoriales de los Estados”.
La Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (Felcn) informó que en esta gestión se realizaron operativos binacionales conjuntos con Argentina y Brasil con buenos resultados. Además, se tiene previsto continuar con estos trabajos combinados durante el año próximo con Perú, Chile y Paraguay.
MURO DE CONTENCIÓN
De acuerdo con información proporcionada por la Felcn, Bolivia se ha convertido en un “muro de contención”, que evita que grandes cantidades de droga ingresen a países vecinos.
De acuerdo con datos del Ministerio de Gobierno existen 39 puntos vulnerables a los delitos transnacionales en toda la extensión fronteriza que tiene Bolivia: con Brasil son nueve, con Perú son 10, con Argentina son nueve, con Chile son seis y con Paraguay son cinco los puntos débiles que requieren ser reforzados por la Policía de ambos países.
La mayor parte de los acuerdos señalan como tareas primordiales el intercambio de información de los agentes de inteligencia, realizar operativos conjuntos, intercambiar oficiales de enlace y compartir datos estadísticos sobre los diferentes delitos.
