Matices de un re-encuentro

Sebastián Piñera, fuerte exponente de la política de derecha chilena, es el nuevo inquilino de La Moneda para el período 2018-2021; sin embargo, se trata de un nuevo mandato como resultado de la alternabilidad con Michelle Bachelet que gobernó por el partido de la izquierda de 2014 a 2017. Piñera se reinstalará en la Moneda luego de haber superado en segunda vuelta, con amplia ventaja, a su oponente y nominado sucesor de M. Bachelet, el izquierdista Alejandro Guillier.

En Bolivia, el presidente Evo Morales, al término de la gestión 2017, cumple un tercer mandato con 12 años en curso, con la formal continuidad, según el artículo 168 de la CPE vigente, hasta diciembre de 2019. En el período que le queda, tendrá un re-encuentro con Sebastián Piñera, presidente chileno que entre 2010 y 2014 echó a la cesta planteamientos que, en el periodo de una relación “amistosa” con M. Bachelet, fueron hechos para avanzar, en beneficio de Chile y Bolivia, en el problema marítimo, uno de los temas, entre otros, de cuanto se redactó con el título de Agenda de los 13 puntos en 2006 (Agenda sin Exclusiones).

Entre la presidencia de M. Bachelet (2006-2009), el primer mandato de Sebastián Piñera (2010-2013) y el retorno a la presidencia de Chile por el período 2014-2017 de M. Bachelet, han transcurrido 12 años; esto representa que Chile en la práctica, ha posesionado a tres presidentes: dos de M. Bachelet (alternado) y una de Piñera; en Bolivia, un solo presidente (Evo Morales) con el MAS (su partido) hasta el 2019, habrá de completar 14 años de mandato ininterrumpido, y “quien sabe” hasta… (¿?). Todo depende.

Lo acontecido en el anterior periodo presidencial de Piñera y la áspera relación mantenida en la última etapa, en particular por versiones descalificables por parte de su representante diplomático Heraldo Muñoz, no ha permitido -ni a modo de actualizar (revisar) propuestas, pospuestas o dilatadas bajo todo tipo de excusas- dialogar sobre el tema marítimo.

Ahora el presidente de Bolivia tiene la misión, a través de su representación diplomática, de retomar la lectura de los puntos asentados en aquella agenda sin exclusiones, que de 13 quedaron en 12, para luego suprimir otro punto y dejar en 11, y definitivamente, en nada.

¿Será que entre los temas del programa de gobierno de Piñera esté inserto el caso MAR o el caso SILALA (aguas del Quetena) sobre los que permita dialogar?, se prejuzga que no; si figuran en su agenda y le alcanza el período, su enfoque será allá por el año 2022, y cuando su mandato esté llegando a su culminación, porque Evo Morales declaró que Piñera tiene la vocación de la dilación… en el tratamiento de los planteamientos de Bolivia. Si es una consigna, es oportuno reconocer que tiene similitud con el “pedido del pueblo”, que “exige” a Evo Morales ir a la… re-elección en el 2019. El presidente Morales no toma en cuenta que Piñera aplica su política de Estado, conminado a declarar con pleno respaldo de la CPE de su país, expresiones como: “Chile no tiene cuentas pendientes con Bolivia”; “Vamos a proteger y resguardar la soberanía de nuestro país y la integridad territorial de Chile, porque hemos cumplido nuestras obligaciones, como es natural, Chile espera que Bolivia cumpla las suyas”.

Estos y otros pronunciamientos de Piñera crean malestar en el presidente boliviano. Nosotros, ciudadanos de este solio patrio, no somos de izquierda ni de derecha, tampoco miramos de palco, pero protestamos junto a Evo Morales por las altanerías de los que manejan las negativas a la integración latinoamericana, es decir los “buenos vecinos” del Mapocho.