Singular biografía de David Shriqui Benitaj

“La vida en abundancia que Dios quiere que el hombre tenga, supone la existencia de la familia a través de la cual y la gracia divina se realiza el cometido del amor” (San Juan Pablo II)”.

En días pasados, un gesto de los hijos del señor David Shriqui Benitaj (+) sorprendió a la sociedad de la capital beniana. Esther, Samuel, Moisés y Clara Shriqui Vejarano presentaron en 65 páginas una biografía de su señor padre, dando cuenta de los detalles más importantes de su fecunda como interesante vida ejemplar. Con sencillez y profundos sentimientos, en las páginas destacan la generosidad, el amor y las altas virtudes humanas que adornaron la personalidad de este ciudadano de origen marroquí.

Don David nació en la ciudad de Tánger, Marruecos, el 24 de junio de 1895. Marruecos era un fascinante país nacido de las colonias francesa y española, y beré-beres árabes. Entre sultanes y reyes, su gobierno tenía un polimorfismo muy atrayente. A los doce años de edad se traslada al Brasil con dos hermanos, de donde no volvieron a su tierra. David en Belem, Brasil, trabajó en el comercio de la goma y era un autodidacta, asiduo lector, creativo y emprendedor.

Pasó a Bolivia, a Guayaramerín en el Beni, donde aplicó sus conocimientos en la comercialización de la goma. Luego se trasladó a Trinidad, donde fue muy bien recibido, por su recia personalidad. Cabe destacar que dos datos coincidentes aparecen en su vida: su apellido materno contiene la palabra Beni (Benitaj) y otra, el día de “Fiesta Nacional” de Marruecos es el 18 de noviembre, que coincide con la fundación del Beni. David formó una familia distinguida con base en sus cuatro hijos, a los que citaremos luego. Hizo una ruta de su progreso, y un destino de excelencia que enseñó a sus hijos con base en temor, amor, respeto y gratitud. Tales valores sellaron las personalidades de sus hijos, que hicieron de sus vidas una valiosa contribución al progreso y desarrollo del Beni, junto a una ejemplar disciplina que tanto las damas hijas y los varones exhibieron en sus vidas y contribución institucional y social del Beni y Bolivia.

David padre participó en actividades de adelanto de Trinidad, basado en la eficiencia que enseñó, ser el mejor en cualquier responsabilidad que asuma; además inculcó la honestidad, respeto por lo ajeno con severos ejemplos, y con ejemplar actitud dispuso la solidaridad, enviando a niños pobres a la estancia “Asunta” de vacaciones. Un establecimiento modelo le pertenecía y fuente de desarrollo económico y pecuario. Costeó transporte de tuberías para el agua de Trinidad, desde Belem hizo colocar la corona arquitectónica a la iglesia matriz de Trinidad.

Costeó la tecnificación para la distribución de leche a los niños de Pompeya que hacia el Dr. Hans Dellien y el centro de salud de Trinidad. Otorgó un espacio de su hogar frente a la policía. Un centro de catequización lo convirtió en el “Ibiato” cerca de “Casarabe”. Y la fundación Club Social 18 de Noviembre de Trinidad. Labor inolvidable fue la distribución de alimentos a Trinidad durante la Guerra del Chaco.

Hay una página brillante dedicada a la madre de estos hijos; la señora Ana Vejarano Aguirre, de exquisita sensibilidad social, que se desempeñó como Presidenta de la Cruz Roja, del Comité Leprosario “San Juan”. El amor inmenso que supo dar a la educación de sus hijos fue vital para el crecimiento, valor y estabilidad espiritual de ellos. De sus valerosas hijas e hijos: Esther, Clara, Samuel y Moisés Shriqui Vejarano, todos conocemos sus trayectoria, éxitos y celebridades que supieron conquistar con ejemplar valor, inteligencia y honestidad, cual paradigmas de nuestra sociedad. Un honor para don David Shriqui Benitaj, a ellas y ellos. Ese fue su destino, ¡felicidades!