Se fue Discépolo, el gran compositor de “Cambalache”

Buenos Aires, 24 de diciembre de 1951.- Había nacido en esta ciudad en 1901 y al morir sus padres prematuramente, fue su hermano, Armando, el que actuó como su preceptor y guía.

Él le contagió su vocación por el teatro y lo vinculó en el círculo de escritores y artistas.

En 1916 abandonó sus cursos de normalista y comenzó su actividad teatral, a la vez que dio sus primeros pasos como compositor.

Fue en la década del 30 que Discépolo abordó la temática más profunda de la letra de tangos en estrecha relación con el sombrío panorama que afectaba a la Argentina en ese período.

“Sus letras muestran la reacción de la clase que representa, la pequeña burguesía rioplatense, ante los datos de la realidad que debe afrontar, entre los que se encuentran la hostilidad, la violencia, la traición, la inercia. Sus composiciones son la imagen de su propia amargura; las aflicciones parecen desplomarse sobre sus desconcertados personajes, que ante la realidad agobiante oscilan entre la idealización del pasado y el terror al futuro”, comentó un periodista local.

Burros y profesores

Los títulos de sus tangos son sumamente re-presentativos de las inquietudes de su espíritu: “Condena”, “Desencanto”, “Martirio”, “Infa-mia”, “Canción desesperada”, entre otros.

Esa clave de escepticismo que rige toda la creación de Discépolo y de la que es una nítida muestra “Cambalache”, compuesto en 1935 (“lo mismo un burro que un gran profesor”) tuvo también el carácter de una protesta contra la ideología dominante.

Procuró aunar al hombre de teatro y al de tango a través de una serie de espectáculos escénicos que sirvieron de marco al estreno de su nuevo repertorio.

A partir de 1935 intensificó su vinculación con el cine en diversos aspectos, ya sea como actor, argumentista o director.