Es interesante lo que sucede en parte de nuestro medio, cuando existen resentimientos que no tienen explicación, y peor aún si éstos corresponden a personas colegiadas en entidades que tendrían que ser de alto prestigio, aceptando las críticas y comentarios respecto a los desniveles con que se va manejando su sistema, que podría modificar una serie de interpretaciones erradas. Especialmente cuando analizan sus problemas personas que no conocen el origen para darles soluciones correctas y que no vayan en perjuicio de los intereses de los asegurados titulares y de sus dependientes, especialmente en el caso del Seguro Social Militar. Asimismo, quieren justificar los rechazos manifestando que ese técnico es resistido dentro de las Fuerzas Armadas, aberraciones más torpes no tienen asidero y solo demuestran la ignorancia de quienes no quieren reconocer sus errores.
Ahora deseo que conozcan un caso muy especial, en un gobierno militar, fue nombrado prefecto de un departamento un coronel, quien cometía muchos abusos. Las organizaciones civiles se reunieron y decidieron formar una comisión para hablar con el mismo, se buscó a un destacado profesional y reconocido por todos para que lleve los planteamientos. La comisión se hizo presente ante el prefecto, quien escucho con detenimiento los reclamos, todos esperaban una respuesta y la misma fue que el Coronel le dio un golpe al portavoz y lo tendió en el suelo. Todos quisieron reaccionar por tan torpe respuesta, sin embargo el ilustre señor los detuvo y les dijo que nada hicieran porque ambos estaban “cambiando un par de ideas”. Estas reacciones suceden cuando las personas se sienten impotentes ante los hechos.
Ojalá las mentes cambien de algunos que solo creen que el uniforme y su cargo les da bastante sapiencia y conocimientos para solucionar casos muy delicados, que de aquí a un tiempo les causa urticaria, especialmente en el caso de los jubilados, tanto de los que están en el sistema antiguo como los de las Administradoras de Fondos de Pensiones, ya que todos ellos rechazan los intentos de las autoridades para elevar el aporte para cubrir el capital asegurado de muerte. Lo que no saben es que, de acuerdo con la coyuntura actual, está en sus manos la solución para tener un aporte mayor, sin gravar las rentas y además se podría, como un nuevo beneficio, aplicar el artículo 93º, del Decreto Ley Nº 11.901, indudablemente no en la proporción del artículo indicado, pero si con una equivalencia según la necesidad actual.
Por otra parte, como siempre se habla, pero nunca se llega a culminar un estudio, una disposición o finalmente dar por terminado un reclamo por justificado. Este es el caso de los que se jubilaron o se jubilarán sin haber cumplido los 35 años de servicio. Hubo muchas sugerencias para colaborar a un sector que, por muchas circunstancias, no llegó a culminar los años de servicios requeridos. Hubo varios ofrecimientos, pero finalmente quedó en cero todo reclamo. En principio se propuso una reducción porcentual con respecto al 100%, dándole una forma de relacionar con las disposiciones originales sobre rentas. También se propuso que se realice un cálculo también proporcional en relación con el número de años de servicio y, finalmente, que los cálculos se realicen fuera del sistema de capitalización individual.
Ambos casos que expongo corren un serio riesgo, primero porque no existirán a la larga los suficientes recursos para cubrir la obligación dispuesta por los artículos 152 y 153. Creo que para menguar la obligación, actualmente los familiares que logran cobrar ese capital ven que es reducido, calculado según el número de aportes. Error garrafal, la ley no distingue años de cotizaciones, ésta se refiere concretamente a que ante el fallecimiento de un activo o pasivo, los derecho habientes recibirán una suma equivalente a 30 mensualidades de la última renta, o en el caso de los activos a 30 del último salario.
Para finalizar, es importante recordar al sector pasivo dependiente del Senasir, que el gobierno siempre les podrá prometer levantar el tope de las rentas, en caso muy difícil porque deben darse cuenta que este problema podrá traer consigo un reclamo similar por el sector civil, lo que significaría un gasto demasiado alto para el erario nacional y que figure en el presupuesto solo para el sector pasivo militar. Creo que deben ser realistas y no vivir con deseos utópicos.
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