Ayude a crear fuertes vínculos afectivos
• En esta pequeña guía, los padres encontrarán algunas sugerencias de profesionales para enfrentar la crianza de un nuevo miembro en familia • Las experiencias pasadas suelen ser muy valiosas a la hora de tomar decisiones
Cuidar de un recién nacido es una gran responsabilidad para los padres, porque se enfrentan a una situación desconocida. Lo primero que deben conocer es que no hay dos bebés iguales y es muy probable que las técnicas que usaron con su primer hijo no funcionen con el nuevo heredero.
La psicóloga Luz Orihuela recomendó en estos casos, evitar el descontrol, es necesario apelar a la voz de la experiencia de uno mismo y de las personas que nos aman. Sin embargo también podemos acudir a los libros especializados que tratan de este tema o hablar con expertos que conocen de estas circunstancias.
DESARROLLO
Para los que ya fueron papás y han podido ver crecer, e independizarse a sus hijos, no se necesita ser un genio para ayudar a tu niño a desarrollar sus potencialidades en las diferentes facetas de su vida. Sólo se necesita ser una madre o un padre amoroso e involucrado con los deseos de sus niños o niñas.
En opinión de la experta, es importante crear fuertes vínculos con el recién nacido, que le ayuden a afianzar su seguridad en su nueva forma de vida, porque a partir de su nacimiento todo lo que experimenta ya no será igual a lo que vivió en el vientre materno. El cerebro está programado para buscar seguridad y si no siente un ambiente seguro, no puede aprender.
De inicio será importante establecer un contacto piel a piel con el bebé desde el principio. Pasar tiempo frente a frente y dejarlo que observe tu cara y aprenda de tus gestos, será significativo para que él se siente en un ambiente de confianza.
Estas prácticas deben estar acompañadas de mensajes de ternura y amor para con los recién nacidos. “Háblale con frecuencia y cárguele en rebozos será valioso en la relación de los bebés con los padres”, dice.
CUNA
Para Orihuela algunos niños pasan mucho tiempo en las carriolas o cunas, sin un contacto con las personas, lo que le limita conocer otros estímulos y sensaciones de su entorno, razón por la que es necesario reducir el tiempo que el niño pasa en estos espacios.
“Es necesario que el niño o niña experimente otros escenarios alternativos, en ese entendido le permitiremos a los bebés poder responder a otros estímulos externos y diversos, para lo cual se necesitan moverse libremente y necesitan seguir las señales que reciben, a través de los ojos y oídos”, manifiesta.
En su opinión, esta es la primera fase del desarrollo del sistema de atención de tu hijo, que se forma a edad muy temprana. Esto establece los cimientos para una mejor capacidad de concentración.
SEÑAS
Para el psicólogo Adrián Campero, los niños aprenden el lenguaje no verbal más rápido, si se le seña a muy temprana edad. “Inicialmente tu bebé te mirará cuando señalas algo y en las siguientes semanas empezará a mirar todo lo que señalas con el dedo, notan lo que les señalamos”, comenta.
En esta edad –dice– los bebés comienzan a mostrarte objetos para enseñarte o para obtenerlos. Esta interacción de compartir se llama “atención conjunta”. En esta etapa de su vida el bebé ha desarrollado la habilidad de relacionarse contigo, a través de algo, aparte de su relación directa con los padres.
“De inicio la comunicación se desarrolla de esta manera, continúa señalando cosas y hablando de ellas. Tu bebé puede no entender las palabras al principio, pero la comunicación con él se volverá cada vez más próxima”, explica.
TERNURA
Campero remarcó lo valioso que es hablar mucho a un bebé. “El cerebro es un órgano que busca patrones de comunicación, lo que ayuda al desarrollo temprano del cerebro. En este sentido mientras más patrones de lenguaje escuche el niño o la niña, más fácil le será aprender esta forma de relación con los padres”, sostuvo.
“La comunicación con tus hijos es importante para mejorar la capacidad cerebral de tu bebé. Debemos transmitirles nuestros sentimientos de ternura y amor, aunque normalmente no lo digamos todo en voz alta”, recomienda.
CONTACTO “CARA A CARA”
En opinión de la educadora Fernanda Bellido, si tienes ganas de pasar momentos cara a cara con tu bebé hazlo, porque le permitirá mayor proximidad. “Con ello se estará fomentando su desarrollo cerebral”.
Esta forma de contacto –dice– le permitirá al recién nacido comenzar a reconocer las expresiones faciales de sus padres, lo que profundizará hasta los 3 o 4 meses de edad, lo que continuará por el resto de su vida. Después de sus seis meses de vida los bebés pueden comprender las emociones en caras de personas desconocidas. Entre los 7 y 9 meses, pueden entender los gestos en los animales.
SEGURIDAD
Bellido señala que para crear un ambiente de seguridad se debe lidiar con las dificultades que se presentan en un principio, educar a un recién nacido puede resultar difícil si no se sabe entender las signos comunicativos que emite el bebé. Para alcanzar aquel nivel de comunicación efectiva con él, debes conocer profundamente sus deseos, sus reacciones e impresiones de todo lo que le rodea.
TAREAS
“Para alcanzar este objetivo debes hacer una lista de tareas y llegar a un acuerdo con tu pareja sobre quién hará qué. Además se recomienda tener una buena comunicación y apoyarse uno al otro, en los momentos emocionales y difíciles que se puedan presentar”, indicó.
“Nunca se debe permitir tener una discusión frente al bebé, no te preocupes, ya que eso suele pasar. Pero asegúrate de reestablecer el sentido de seguridad haciendo las paces frente a tu bebé. Recuerda que las emociones entre tú y tú pareja afectan al recién nacido”, recomienda.
EL TONO DE LA VOZ
El tono de tu voz es importante. El tono de voz medio cantadito y exagerado con tu bebé le ayuda a descubrir sensaciones y emociones. Por otra parte es una excelente forma de ayudar al cerebro de niño o niña a distinguir el lenguaje, porque cada vocal suena muy distinta y cada tono puede expresar una sensación. Ese tono ayuda a los niños a separar los sonidos en categorías y los tonos altos son más fáciles de imitar.
Los padres muchas veces les hablan menos a sus niños si no empiezan a balbucear, pero no es una buena decisión, porque no debemos dejar que los silencios del pequeño nos detengan, es mejor hablarle; está comprobado que eso les facilita aprender el lenguaje. Un niño de 18 meses se expresa con pequeñas estructuras gramaticales, dijo alguna vez el tratadista suizo Jean Piaget autor de muchas obras sobre el desarrollo del lenguaje en la primera infancia.
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