La necesidad de conseguir un sustento económico para subsistir pudo más que el temor al rechazo de la sociedad que todavía incuba racismo, discriminación y menosprecio por quien físicamente puede ser distinto.
Es el caso de personas con alguna discapacidad física que lograron ser parte de esa escasa presencia en oficinas públicas, específicamente en el Órgano Legislativo, donde ante la urgencia de la coyuntura política, caminan por los pasillos como seres invisibles ante los medios y los legisladores. EL DIARIO habló con ellos.