Parte II (final)
A continuación, los editores del folleto “Litio” de la Fundación Jubileo articulan un desconcertante argumento: “Mientras los precios de las materias primas estén altos, es posible esperar un tiempo para que el proyecto entre en fase productiva. A esto debe asociarse el hecho de la creciente demanda que, obviamente, puede cambiar en cualquier momento que surja una alternativa equivalente a las baterías de litio (pág. 4)”.
¿Qué? ¿O sea que para ellos, será mejor que bajen los precios del carbonato de litio (porque con la creciente demanda del compuesto es posible que surja una alternativa equivalente a las baterías de litio) para que Bolivia entre al mercado? La confusión conceptual es tan grande que el análisis de mercado nos deja completamente pasmados. Si bien los precios del carbonato litio no podrán seguir subiendo de manera indefinida porque incentivarán el ingreso de nuevos productores en el mercado, así como de procesos de sustitución en las cadenas de valor del litio más importantes, que eventualmente conducirán a la caída o estabilización de los mismos, esto no quiere decir que Bolivia tenga que esperar que eso suceda para empezar a comercializar sus productos. Todo lo contrario. Dada esta amenaza, nuestro país debería acelerar su paso para beneficiarse de la tendencia al alza de precios mientras ésta dure.
Si lo anterior nos dejó sorprendidos, lo que se dice enseguida es aún más preocupante porque los editores del folleto aseveran que, a pesar de todo, las acciones de la GNRE “han sido coherentes con la política” y “hay una línea trazada para llevar adelante un proyecto extremadamente complejo” (pág. 4). Aquí, necesitamos preguntarnos: ¿Coherentes con qué política? ¿Con la de que Bolivia avance sola en las dos primeras fases de la mal llamada Estrategia de Industrialización del Litio? Aun si así fuera, parecería que los responsables de la publicación de Jubileo no están informados sobre lo que ha venido pasando en el proyecto del litio en el pasado reciente. Me refiero en concreto al prolongado proceso de elaboración del diseño final de la planta industrial de carbonato de litio encargado a la firma alemana K-Utec Salt AG Technologies que ha dejado muchas dudas respecto al verdadero rol que hubiera jugado el método de extracción de litio “descubierto” por el proyecto piloto y las intenciones del gobierno de avanzar hacia la tercera fase de la estrategia con otra empresa del mismo origen que actualmente compite en la licitación lanzada para la construcción de dicha planta industrial, dos temas por demás importantes desarrollados a plenitud en mi último artículo ofrecido sólo a mis suscriptores del sitio bursátil Seeking Alpha.
Para concluir, los editores del folleto se preguntan: “¿Qué podría hacerse mejor?”, para luego agregar: “Las críticas difundidas por distintos canales de comunicación apuntan a dos aspectos: las piscinas de evaporación y la contaminación ambiental en la etapa final del proceso. Parecería que las piscinas no son tan eficientes y que la contaminación que se generaría sobrepasaría lo aceptable” (pág. 4). Ambas argumentaciones son un tanto asombrosas porque reconocen por primera vez, por una parte, que el método de extracción de litio podría ser inapropiado y, por otra, que la contaminación ambiental generada por el mismo pudiera estar fuera de control. De este modo, cuando lo lógico hubiese sido que propongan medidas claras de solución a estos problemas, los editores del folleto solamente optan por dejar la tarea a las universidades bolivianas para que investiguen sobre “sobre alternativas y otras posibilidades”, a tiempo de señalar que “correspondería a la Gerencia considerar sus resultados” (pág. 4). Todo esto me dejó pensando en la “ingenuidad” de los responsables de la publicación. ¿Será que no se dan cuenta de que esas cosas se deberían hacer mediante una verdadera política pública de recursos evaporíticos que tenga en cuenta no solamente a todas las partes involucradas en la temática, sino también la asignación de recursos financieros necesarios para su implementación, que no propusieron o que, en el mejor de los casos, se les quedó en el tintero?
El autor es analista de la economía del litio.
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