El “destierro” del pepino

Hace unas noches, en un noticiero de televisión, mientras informaban del inicio de las fiestas carnavaleras, pusieron en pie de pantalla el siguiente texto: “El destierro del pepino”, sin embargo estaban informando del “desentierro” del pepino.

Obviamente, existe mucha diferencia entre los verbos “desterrar” y “desenterrar”. Desterrar equivale a expulsar a alguien de su tierra, en cambio desenterrar significa “sacar a alguien de la tumba”.

No dudo que el periodista que informaba y el presentador del noticiero conocen perfectamente la diferencia entre uno y otro término, pero no estoy seguro de la persona encargada de escribir los textos.

Lo llamativo del asunto es que el texto en cuestión se mantuvo varios minutos en la pantalla, sin que nadie dentro del canal (aparentemente) se diera cuenta.

En otro canal, mientras informaban sobre un accidente, leí el siguiente texto en pantalla: “Cayó de una altura de 4 metros de altura”.

Errores podemos cometer todos, pero no corregirlos es peor. Este pequeño ejemplo de mala escritura es bastante frecuente en los noticieros de televisión.

¿Y la pronunciación? Hace unas noches en un programa informativo del oriente escuché al presentador referirse a las inundaciones y decía: “El caudal de las awas”, cuando lo correcto es decir “aguas”. Lo peculiar del asunto es que repetía y repetía la misma frase sin corregir la pronunciación.

El contenido de lo que se informa es muy importante, pero la forma es determinante. Una mala redacción o una mala pronunciación son fuentes de “ruido comunicacional” que perjudica la comprensión de las informaciones.

(*) Director ejecutivo de Xperticia. Empresa de Capacitación y Asesoramiento en Comunicación. (Sigue a Gabriel Astorga y Xperticia en Facebook)