Yahnet Montes Dávila
Muchos padres bolivianos con la esperanza de lograr la estabilidad económica de sus familias y asegurar un mejor futuro para sus hijos, se ven ante la necesidad de migrar, preferentemente a España, por la similitud de idioma. En consecuencia, los hijos quedan al cuidado de abuelos, tíos y otras personas de confianza.
Muchas veces los hijos son obligados a cambiar de hogar, lo que resulta traumático, debido a la convivencia con otros familiares. Además los niños de su edad, pertenecientes a la familia acogedora, tienden a disgustarse con ellos, al sentirse amenazados por tener que compartir la mayoría de sus cosas, alimentos, etc. Es evidente que los padres migrantes envían dinero, pero no hay una fiscalización para que todos esos recursos sean invertidos en sus hijos. Cuando dichos padres retornan a su país de origen se encuentran con un grande problema. Muchos hijos con padres migratorios son rebeldes, no hacen caso a sus padres, tutores y maestros del sistema educativo boliviano. En consecuencia, al no recibir el sustento económico, son parte de una sociedad viciada que se ve ante la necesidad de cometer delitos.
Por consiguiente, los hijos con padres migrantes tratan de llenar el vacío de sus padres con amistades que, en ocasiones, son contraproducentes Se tiene que resaltar que los maestros se ven obligados a asumir el rol de padres, y adecuar adaptaciones curriculares, fortaleciendo su rendimiento escolar, debido a que los tutores no ejercen coerción y control sobre el rendimiento escolar.
En ese sentido, existe la necesidad de implementar en todos los establecimientos educativos programas de seguimiento, con profesionales psicólogos, sociólogos y pedagogos, que se ocupen de aconsejar, orientar, guiar y, sobre todo, motivarlos, haciendo énfasis en el sacrifico que realizan sus padres para asegurar su futuro. Asimismo, el Estado tiene la responsabilidad de hacer cumplir las leyes que obligan a los padres a responsabilizarse por la formación educativa de sus hijos. Si el Estado invierte en prevenir, difícilmente habrá malas consecuencias.
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