Santa Cruz
El carnaval en las provincias cruceñas se vive de una manera diferente a la capital. Te mostramos un poco de lo que podrás encontrar en lugares como San Ignacio de Velasco y Vallegrande.
Si eres de los que quiere probar cosas diferentes y conocer lugares, pasar un carnaval en algún pueblo o municipio cruceño es lo tuyo. Para ello te presentamos una pequeña guía con lo que te puedes encontrar si decides viajar a lugares como Vallegrande, San Ignacio de Velasco o San José.
Vallegrande: Cada año se tiene una gran afluencia de visitantes en este lugar distante a 456 km de la capital cruceña y que posee uno de los carnavales más atractivos del departamento. Lo llamativo, de entrada, es la hospitalidad que la gente brinda a los turistas. Un vasito de algún macerado de frutas o uno de rimpollo (bebida hecha de huevo y leche) es acompañado por un plato de asadito colorado, un bistéc o un ají de papaliza.
En la plaza principal, por costumbre, se tiene a cuatro conjuntos musicales que tocan en cada esquina. Mientras que en el local La Tradición y en las casas de don Pedro Guzmán, más conocido como el “Chajwaco”, en donde se puede disfrutar de la riquísima chanfaina, un plato que se sirve en especial, para aquellos que quieren recuperarse de una noche de copas.
En lo folklórico, los ballets hacen su paso el domingo, por las calles del centro hasta la plaza 26 de febrero. Las cuecas, kaluyos y carnavalitos son bailados con mucho entusiasmo ante el aplauso del público.
San José de Chiquitos: El cabildo indigenal, encargado de celebrar esta festividad tal como se lo hacía desde la época misional, inicia el Carnaval con el recibimiento de las banderas del jubileo, de manos del cura párroco, en el atrio del templo. Taliana Lema es la reina del Carnaval este año.
La música autóctona chiquitana, combinada con sones de bandas, amplificadores de sonido y orquestas, hacen bailar y alegrarse a propios y posokas durante 4 días de fiesta sin límite, en casas de espera, y sedes de agrupaciones carnavaleras.
La tradición chiquitana muestra la relación de la festividad pagana con actividades religiosas inculcadas por los padres jesuitas; las banderas del Jubileo deben ser devueltas al cura párroco, limpias secas y sin manchas como señal de que no han habido excesos durante los días de fiesta y si hubieran malos carnavaleros, el cura le propina 3 chicotazos con un cola e’ peji en las puertas del templo.
La Municipalidad josesana invierte cerca de Bs140.000 para resaltar, promocionar y posicionar su carnaval, como destino turístico imperdible de visitar. Para este año se espera unos 15.000 turistas.
Puerto Paila: Es una localidad muy cercana a la capital cruceña (45 km). La fiesta se inicia el sábado con el corso que reúne a las comparsas afiliadas a la asociación y a otras agrupaciones que llegan desde comunidades cercanas como Bisito y Don Lorenzo.
El colorido de los carros y la alegría de los lugareños le dan el marco especial a esta festividad que congrega al pueblo en la plaza principal para luego seguir con una verbena abierta al público. La tradicional ambrosía es otros de los atractivos que se da y no pueden faltar las visitas al puente.
En Paila, existe una costumbre muy peculiar. Allí, para Carnavalito, despiden al Carnaval ‘ahogándolo’. Las comparsas elaboran muñecos que simbolizan esta fiesta y al que le colocan objetos de valor o dinero y lo lanzan a las aguas del río Grande haciendo que decenas de avezados jóvenes, se lancen detrás de él, desde lo más alto del puente.
San Ignacio de Velasco: Ubicado a 456 kilómetros de Santa Cruz, la fiesta carnavalera de los ignacianos se inicia el sábado muy temprano con el desfile de los ‘abuelos’ que representan una identidad cultural en la que se utilizan coloridas máscaras talladas en madera y pintadas de blanco o rojo. Luego hacen su recorrido las comparsas. (El Deber)
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