“The disaster artist”, crónica de una obra maestra

El crítico de cine Marco Antonio Barrón Márquez realizó una crítica “The disaster artist” que se encuentra en las salas de cine boliviano, sostiene que el filme son dos cosas ante todo, la historia de una amistad (entre Tommy Wiseau (James Franco) y Greg Sestero (Dave Franco), y/o la crónica de la filmación de la “mejor peor película del mundo”: “The Room” (2003).

Emparentada, en nuestra modesta opinión, sin proponérselo, como la historia misma, melodrama devenido accidentalmente en comedia, con un libro famoso sobre la amistad entre un hidalgo y su escudero: en “The disaster artist”, colegimos la pasión, las pesadillas de la creación, la loca creencia en uno mismo, la egolatría, la brutal realidad que golpea para despertar y decir que donde se imagina talento, solo hay tontería; donde genio, locura; donde fuerza, parodia; donde alto drama y tragedia, vulgar comedia y que uno no es más que un acartonado ser humano, con algo de competencia para sobrevivir en adversas circunstancias.

La relación de amistad; por otra parte, también tiene algo que ver con la historia del hidalgo manchego, por cuanto el que oficia de escudero, alimenta las fantasías del chalado caballero y aprovecha cuanto puede las oportunidades; el ingenioso hidalgo, capital social; éste, dinero.

Finalmente, “The disaster artist”, ha sido nominada a mejor guión en los premios Oscar de la edición 2018. Una película sobre la filmación de otra, considerada tan espléndidamente mala, que devino en película de culto; pues bien, este fenómeno sólo puede darse en el seno del capitalismo, en su espíritu: puedes emprender la mayor de las locuras, sólo necesitas ingentes cantidades de dinero, conseguido dios sabe dónde (con algo de pasión por lo que haces, claro está, virtud negativa aquí), y funciona.