Asesino silencioso envenena a pueblos enteros
• Descontrol de las autoridades en el uso intensivo de mercurio afecta a la salud de familias de indígenas que son las más expuestas a sufrir dolencias y enfermedades • Centenares de balseros y dragas surcan las aguas del caudaloso río Madre de Dios en la Amazonia boliviana en busca del metal precioso
El pescado es el alimento principal de indígenas y campesinos que habitan la Amazonía. Y en la última década, no sólo disminuyó la cantidad de peces en los ríos y lagos de Beni y Pando, sino que también se elevó la contaminación con mercurio por la creciente extracción de oro en la región.
Así lo confirman las investigaciones realizadas a lo largo de tres décadas en los ríos Beni y Madre de Dios, principalmente, y que incluso llevó a Perú a restringir el consumo y comercialización de pescado por el alto nivel de contaminación por mercurio.
RASTROS
Una investigación de Miriam Jemio, publicada por ANF, sostuvo que en Bolivia se evidenció rastros de ese metal pesado (tóxico en bajas cantidades) en los indígenas Ese Ejas, en la mayoría de los casos en niveles de toxicidad considerados tolerable por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Expertos en el área coinciden en la necesidad de encarar nuevos estudios en las poblaciones más vulnerable a ese tóxico toda vez que el uso del mercurio se incrementó de casi dos toneladas (2010) a cerca de 40 toneladas (2015), debido al auge del precio del oro.
CONTAMINACIÓN
Los indígenas Ese Ejas de la comunidad Portachuelo Alto (Pando) obtienen su alimento principal en el laguna del mismo nombre. A la familia de Mayra Tirina Ortiz, por ejemplo, le lleva casi un día sacar pescados grandes como el paiche (de 2 metros) o el pacú. Si obtienen dos o tres los llevan a vender a la ciudad de Riberalta (Beni).
En la comunidad Portachuelo Bajo (Pando) , la familia de Adela Julio Monasterios vive la misma situación. Estas dos poblaciones Ese Ejas complementan su alimentación con productos que cultivan en sus chacos, algunos en sistemas agroforestales.
Tirina y Julio aseguran no estar al tanto de la presencia del mercurio en los peces. Están ajenas a ese peligro para su salud. Si bien en las lagunas de sus comunidades no hay actividad minera, igual está presente ese metal, aunque no en la proporción que se registra en el río Beni (cerca de San Buenaventura y Rurrenabaque) donde viven familias de la misma etnia. O en el Madre de Dios en Perú, donde los investigadores hallaron mercurio en los peces en niveles que pasan lo establecido por la OMS como segura para la salud (0,5 microgramos de mercurio por kilo de peso).
LOMA ALTA
En la comunidad campesina Loma Alta, del municipio Gonzalo Moreno (Pando), el pescador Melvin Chipunavia Oquita dijo que la disminución es 40%, sobre todo de pacú. Sospecha que los peces están migrando por la presencia de las balsas de los mineros. “Se fueron a otro lugar. Cuando ellos (los mineros) no estaban, acá había mucho pescado”.
Un estudio realizado por el Centro de Documentación e Información Bolivia (Cedib) en 2014, estimó que había entre 600 y 800 balsas de mineros explotando oro en el río Madre de Dios, aunque solo 413 contaban con autorización. Según esa misma fuente, cada balsero usaba entre 500 a 1000 gramos de mercurio al día, de acuerdo con trabajo de Jemio.
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