Exigencias para respetar resultados del 21/II/16

Los cabildos, marchas, manifestaciones, grandes concentraciones que fueron realizados en los últimos meses del pasado año y que continúan en estos días, generalmente se han referido a la urgencia de anular la Ley sobre el Código Penal (ya anunciada su abrogación) y, además, que el gobierno y su partido respeten los resultados del referéndum del 21 de febrero de 2016 que decidió que el Presidente de la República renuncie a repostularse para un cuarto período.

El resultado de ese referéndum tiene la virtud de reflejar la voluntad del pueblo y ha sido declarado como vinculante o sea de cumplimiento obligatorio; pero el gobierno, conjuntamente su partido, decidió declararlo como “resultado de la mentira”; una acusación muy grave contra el pueblo ya que el voto no mintió, no alteró resultados en las ánforas, menos anuló algo para favorecer a la parte contraria; tampoco fue efecto de las conspiraciones del “imperialismo” ni de la “derecha” ni de nadie.

Cuando los pueblos democráticamente votan por algo, los gobiernos que los dirigen tienen la obligación de cumplir con lo que esos pueblos piden; de otro modo, no respetar esa voluntad implica imponer métodos totalitarios ajenos a la Constitución y las leyes. Si no hay respeto por lo que decide el pueblo que conscientemente votó, el gobierno corre el riesgo de que ese pueblo no crea más en él y dude de todo lo que hace. Por otra parte, si se sostiene que los resultados del 21/F son “efecto de la mentira”, sería válido y constructivo que se lo demuestre, que se pruebe las falsedades y se explique en qué y cómo se efectuaron esas mentiras porque ese pueblo que votó tiene derecho a saber “cómo ha sido engañado”.

Muchas veces, autoridades de gobierno, a través de grandes gastos en publicidad y propaganda, han sostenido que “periodistas y medios de comunicación son autores de las mentiras”, pero no se ha presentado pruebas y menos se dijo cómo y en qué forma se ha mentido y engañado al pueblo y al mismo gobierno que, en su momento, reconoció que el NO a modificar el Art. 168 de la Constitución, fue decisión mayoritaria.

Fácil, muy fácil resulta “inventar mentiras sobre lo que dicen los demás” y el país está cansado de sufrir las consecuencias de que siempre se diga, demagógicamente, que los medios y periodistas mentimos y engañamos, cuando la realidad es que tanto los unos como los otros que laboramos en la misión de informar, analizar y opinar sobre el acontecer nacional e internacional, tomamos como base a la verdad y con ella se actúa con responsabilidad. Que en el curso de la historia referida a periodistas y medios de comunicación se ha producido errores, nadie lo niega; pero todo ello es debido a la falibilidad del ser humano que cualquiera puede tener; pero servir o prestarse para engañar y mentir no ocurre en la práctica honesta y responsable del periodismo.

El referéndum del 21 de febrero es reflejo de la verdad porque es resultado que proviene del pueblo y que los medios publicaron.