Aproximadamente 2,8 millones de estudiantes retornaron ayer a las aulas. A tempranas horas, las calles paceñas se llenaron de estudiantes y se percibía el nerviosismo en algunos niños, en otros el entusiasmo e incluso el llanto de los más pequeños.
Un nuevo año escolar comenzó en Bolivia, a excepción de aquellos lugares que padecen desastres por las lluvias.
Todos motivados y con la meta de vencer un nuevo nivel en su formación hicieron que las calles nuevamente tengan el alentador matiz blanco, de los guardapolvos, que simbolizan la esperanza de Bolivia en sus futuras generaciones que, por ahora, están en plena preparación.