Fue considerada como “nevada del siglo” porque sepultó la capital rusa bajo un manto de medio metro de nieve; provocó la caída de dos mil árboles, uno de los cuales mató a una persona, paralizó el tráfico y obligó a cancelar decenas de vuelos. “Esta nevada ha traído el mayor número de precipitaciones de toda la historia. El máximo anterior se registró en 1957”, informaron los servicios meteorológicos de Moscú.
Al final del domingo, la nieve superaba ya los 60 centímetros, el doble de lo habitual para el ecuador del invierno ruso, a lo que se suma una brusca caída de las temperaturas, que alcanzarán 13 grados bajo cero.