Alarma por descomunal crecida
• El experto Luis María de la Cruz dijo que en los últimos dos años el río no tuvo la energía suficiente como para arrastrar los sedimentos de fondo, los que trae desde la cuenca alta como ahora
Los niveles que ha alcanzado el río Pilcomayo, registrados en las estaciones hidrométricas, son considerados extremos, por el experto Luis María de la Cruz, quien administra el Sistema de Alerta Pilcomayo Gran Chaco Proadapt y estudia este río desde el año 2000.
La única referencia de crecida tan grande como esta, es la del verano 1983 - 1984, cuando se produjeron desbordes excepcionales, volúmenes muy grandes de agua con caudales instantáneos de máxima magnitud que cambiaron la geografía de Formosa y la parte colindante del Paraguay, motivando la construcción de canales y lo que se conoce como la Embocadura y el Proyecto Pantalón.
“Hoy no sabemos si estamos en una situación similar porque en aquella época, 1983, no existían los mecanismos de medición que se tienen actualmente, no existía la red de estaciones hidrométricas, no había estas estaciones en muchísimos lugares, la única que se tenía es la de Villa Montes y para esa época no hay registros comparables”, afirma De la Cruz.
¿CUÁNDO EL PILCOMAYO NOS ALERTA?
En el Angosto, aguas arriba de Villamontes, el nivel de alerta es 3 metros y el nivel crítico es de 5 metros esa altitud produce un impacto que llega a la zona baja (Santa Victoria Este -ARG- y Pozo Hondo -PY-) entre 40 y 50 horas.
El Sistema de Alerta Pilcomayo, cuando el río presenta esos niveles, ya da la alerta. Desde los 3 metros se genera el aviso de vigilancia y a partir de los 4 metros pasa a una alerta amarilla.
“Hay un descreimiento o desacostumbramiento de los sistemas de alerta. En Formosa (Argentina) venimos trabajando hace más de quince años con la dinámica del río, ahí si reaccionan enseguida, se aprendió a costa de inundarse” señala Luis María de la Cruz.
Cuando el Pilcomayo llega a los tres metros en El Angosto se desborda en ciertos lugares, cuando pasa los 4 metros el área de desbordes se amplía. Los mapas de riesgos, que fueron generados en el marco del Proyecto Gran Chaco Proadapt, ayudan a analizar y alertar por donde ocurrirán los desbordes, por donde se desviará el río, conocer la dinámica del río y sus ‘correderas’.
Esta semana, en Villamontes, el Pilcomayo ha llegado a niveles muy altos, superando los registros críticos y llegó prácticamente a los 7 metros, provocando rupturas de defensas y desbordes, ocasionando que el agua ingrese por el monte en áreas de la cuenca baja de Bolivia, Argentina y Paraguay.
“Esto nos pone en una situación de absoluta incertidumbre, no sabemos si esta creciente va a ser superior a la de 1983 y 1984 que fue catastrófica o si nos encontramos en un orden similar”, añade Luis María de la Cruz.
El Sistema de Alerta Pilcomayo Gran Chaco Proadapt fue el primero que alertó en la mañana del 22 de enero, una inusual crecida en toda la cuenca alta del Pilcomayo, en el momento el nivel de aguas de río en Villa Montes es 3,72 y al mismo tiempo se anunciaba lluvias importantes que se extendería por 72 horas en la cuenca alta. El tope de ese acúmulo llego el 2 de febrero a las 2 de la madrugada, se confirmó la alerta anunciada cuando en Villa Montes se registraba 6,89 metros. Esto posibilitó que muchas familias iniciaran sus desplazamientos con su ganado, colmenas entre otros pasivos que les permite una sobrevivencia.
CAMBIO DE ESTRUCTURA
Lo ocurrido esta semana con el Pilcomayo refleja un cambio en la estructura del río. Hace dos ciclos de crecientes que el Pilcomayo no habría crecido como de costumbre.
“Ocurrió que el Pilcomayo no ha tenido en los últimos años la energía suficiente. Esto condujo a una reducción de la profundidad de su lecho, o sea es menos profundo. Ante esta situación el río rompe las barreras laterales y se ensancha mucho más”, señala el responsable del Sistema de Alerta Pilcomayo.
Para el experto, en estos dos años el río no tuvo la energía suficiente como para arrastrar los sedimentos de fondo, los que trae desde la cuenca alta y los depositaba durante todo su cauce.
En la actualidad, el Pilcomayo perdió entre un metro y un metro y medio de profundidad por el arrastre de sedimento y a consecuencia de ello éste se ensanchó.
“Hoy tenemos un río desde Villa Montes hasta Misión La Paz que es muy ancho, en algunos sectores hasta 3 mil metros de ancho y muy playo perdiendo la profundidad de antes, haciendo que su velocidad y desplazamiento sea menor, pero que las áreas de desborde sean mayores”, continúa.
Esta característica del propio río puede generar daños significativos, en su paso o recorrido si el río se traba o se atarquina (termino técnico) en algún punto, sea por la vegetación o cualquier tipo de obstáculo que, incluso el propio río pueda formar, lo que puede pasar que se forme un sistema de bañados como el que hay en Formosa, pero en Salta, en Bolivia o en el Paraguay lo que provoca la pérdida de kilómetros de cauce.
“Esa sería una de las perores consecuencias porque cambiaría la composición geográfica de la región como en los 80’s generando la necesaria evacuación de muchos sitios y la relocalización de las poblaciones o regiones”, finaliza.
Estudiar el Pilcomayo y todo lo que implica su alteración como el clima y su recorrido geográfico es parte de los objetivos que la iniciativa trinacional Gran Chaco Proadapt potencia con mapas de riesgo, aplicaciones web y otras herramientas de información y comunicación para que las poblaciones estén informadas sobre lo que está pasando en su territorio y seguir tomando decisiones a tiempo.
Inga Olmos
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