El drama de enfermos con cáncer no tiene límites ni esperanzas de pronta recuperación porque la mayoría de ellos no cuenta con los medios necesarios para tratamientos que son muy caros y por lo menos en La Paz, 800 personas viven con la esperanza de que el gobierno reaccione y apruebe un presupuesto para adquirir un Acelerador Lineal, cuyo costo es (+/-) 40 mil bolivianos; tampoco pueden recibir atención con quimioterapia, radioterapia y otros por los costos altos.
Muchas veces el propio Presidente de la República dijo que hay urgencia de proveer de equipos contra el cáncer, promesas para aprobar presupuestos que permitan atención a quienes esperan largo tiempo en los hospitales para contar con una atención efectiva mediante la tecnología moderna; pero los hechos muestran una realidad: el gobierno cuenta con mucho dinero para edificar edificios fantasiosos con costos elevadísimos, construir canchas de fútbol y anunciar realización de obras que nada tienen que ver con la atención de la salud.
La Ministra de Salud prometió también que su despacho tendrá esmero para equipar hospitales, proveyéndolos de equipos modernos y vituallas, pero todo queda en simples promesas. Ante situaciones dramáticas, enfermos de cáncer o aquellos que padecen otro tipo de enfermedades que los sume en mucho dolor y sufrimiento tampoco cuentan con atención debida y, en muchos casos, tienen que “sacar fichas” y “hacer colas” en las puertas del Hospital de Clínicas, en La Paz, y muchos otros hospitales del resto del país. No hay camas ni espacios, faltan vituallas y equipos. Hay hospitales que no cuentan con el servicio de alcantarillado (caso del Hospital Norte en La Paz, con una buena construcción de edificio, pero sin alcantarillado). ¿Qué se puede esperar de hospitales que cuentan con infraestructura, pero no tienen quirófanos ni instrumental ni provisión de vituallas y equipos necesarios? ¿Qué hacer con los casos que son solo objeto de propaganda pero están huérfanos de equipos, vituallas y quirófanos?
El Hospital de Clínicas en La Paz y varios otros en el interior del país se encuentran igualmente abandonados porque no disponen de dinero para más ítems de médicos y enfermeras ni para proveerse de medicamentos que son caros y son reemplazados por simples calmantes que no alivian el sufrimiento.
El gobierno tiene la obligación de honrar su palabra e importar equipos y aceleradores lineales no solamente para el hospital de La Paz sino para los demás nosocomios del país; hacerlo en lugar de los gastos onerosos e inútiles en los que está empeñado solo por demagogia partidista, es tiempo de pensar en la salud del pueblo y no en comodidades de la burocracia gubernamental o en satisfacer caprichos o incrementar gastos en ministerios y dependencias gubernamentales que ya están satisfechas.
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